Kiko Hernández le ha declarado la guerra al chófer de María Teresa Campos, Gustavo Guillermo. Dispuesto a todo para demostrar que el fiel escudero de la veterana presentadora nada tiene de ‘fiel’ pero sí de ‘traidor’ y de ‘topo’, el colaborador se sometía este viernes al polígrafo buscando ‘desenmascarar’ al hombre al que Terelu y Carmen Borrego siempre han considerado uno más de su familia.
Un polígrafo que ha dictaminado que el tertuliano dice la verdad cuando asegura que Gustavo ha grabado al clan de Las Campos sin que ellas lo supiesen, que ha dado chivatazos a diferentes medios de comunicación sacando beneficio económico de ello, que estaría harto de trabajar para María Teresa y desearía cambiar su trabajo de chófer por el de personaje, o que la presentadora no le habría pagado la nómina durante más de un año e incluso él le habría tenido que prestar 20.000 euros.
Una vez Kiko ha demostrado que no mintió al destapar la traición de Gustavo al clan Campos, el madrileño se encuentra en una tesitura muy delicada y no son pocos los que aseguran que si sigue conservando su empleo es porque Terelu y Carmen no quieren alterar a su madre en un momento especialmente vulnerable para ella.
Muy serio, aunque con aspecto tranquilo, Gustavo ha reaparecido tras el polígrafo de Kiko Hernández, guardando silencio sobre las cosas que de él ha contado el colaborador. Como si nada hubiese pasado, y demostrando que continúa siendo un apoyo fundamental para María Teresa, el chófer ha recogido a la comunicadora en la casa de su hija Terelu y la ha acompañado hasta su residencia no sin antes dar un breve paseo en coche.
Volcado en la malagueña, e intentando que no se vea afectada por la polémica, Gustavo ha tapado el rostro de su jefa con el brazo, impidiendo con este gesto protector que los medios de comunicación capten cómo se encuentra la presentadora tras el bajón de salud que sufrió recientemente y que ha creado una gran preocupación en su entorno.