¿Qué colores son tus favoritos? Aunque parezca una tontería, es una de las preguntas que alguna vez siempre te han hecho. Forman parte de nuestra vida diaria, así como del lenguaje común desde hace muchísimos años e incluso para los diseñadores son su herramienta básica. Cuando el resto de mortales nos referimos a ellos casi siempre enumeramos los más habituales, y hasta nos sorprendemos cuando alguien pone un adjetivo acompañando a alguno de ellos. Lo curioso es que, como vas a descubrir aquí, hay algunos que no habremos oído jamás.
Colores no escuchados
Se puede decir que hasta hay colores que tal vez no tengan un nombre específico, aunque seguramente tampoco usted haya oído hablar jamás de los que les vamos a mostrar a continuación. Un ejemplo sería el Australien, que está inspirado por el color de las piedras y el desierto de Australia, y que curiosamente se viene utilizando desde la época victoriana en Inglaterra para describir un naranja muy profundo. El amarillo siempre ha sido amarillo o plátano, pero hay uno, Banan, que se da por la forma de las bananas que poco tiene que ver.
Colores con nombre compuesto
Algunos de estos colores que rara vez habremos oído hablar de ellos tienen incluso nombres compuestos, como puede ser el Bastard-amber, que es utilizado en el teatro para producir calidez en colores como el durazno o rosa, y también para dar la ilusión de atardecer. Es como un tono entre pastel, rosáceo y amarillento. Otro nombre curioso sería el de Drake’s-neck, del que difícilmente habremos oído nada. El Drake es una especie de pato, donde los machos tienen un cuello color verde botella que brilla.
Tienen que ver con cosas
Muchos de estos colores con nombres cuando menos extraños tienen que ver con cosas concretas, como era el Drake’s-neck o puede ser el Falu, que viene de Falun, una pequeña ciudad en Suecia en la que, en el siglo XVI, casi todas las casas estaban pintadas en este color rojo o falu, que era producido con las sobras del hierro de las minas. Otro singular es el Flame of burnt brandy, denominación que se le ha dado porque se asemeja al color de la flama que se producen con el brandy.
De todo un poco
Luego hay otros nombres de colores en los que hay de todo un poco. Por un lado está el Drunk-tank pink, el cual supuestamente te ayuda a calmar tus nervios y es usado en prisiones con el fin de que los presos se relajen. Otros pueden ser el Ginger´line, con el que se pretende describir un amarillo-naranja muy brillante, o el Incarnadine, que lo utilizaba William Shakespeare para referirse a la sangre, o el Labrador, que no tiene nada que ver con los perros así llamados, sino que es un azul que toma su nombre del mineral labradorite.
Hasta de artistas
Algunos nombres de estos colores «singulares» tienen que ver hasta con algún artista más o menos conocido. Ejemplo de ello es el Nattier, que hace referencia a Jean-Marc Nattier, que fue un artista del rococó francés que hizo varios retratos de la corte de Luis XV. Sería un tipo de azul metálico. El Lusty-gallant es simplemente porque se asemeja a un rosa coral muy pálido, mientras que el Pervenche es el nombre que dan los franceses para periwinke, que es un tipo de flor azul-morada.
Por épocas y países
Si al hablar de estos colores hemos mencionado a artistas o lugares, también debemos tener en cuenta que son a veces por otras épocas o países. El Puke, por ejemplo, es porque en el siglo XVI en Inglaterra era el nombre para llamar a una tela de color café obscuro, mientras que el Sinoper se deba a un pigmento utilizado en el renacimiento, el cual tenía partículas de hematita, un mineral rico en hierro. Por su parte, el Sang-de-boeuf es simplemente un tipo de rojo utilizado para pintar diferentes ollas.
Parecidos razonables
Hay nombres dados a colores únicamente porque se asemejan a… Una muestra de ello es el Verditer, un tipo de verde decolorado que toma su nombre desde 1500; el Watchet, un azul similar al azul cielo; o el Zaffre, como se llamaba a un pigmento muy antiguo que se obtenía al hervir cobalto. En fin, que cualquiera podría poner nombre a un color y nadie diría nada.
.
