Esta ensalada de aguacate tiene más sabor que la cesár

Una buena ensalada nunca falla cuando queremos disfrutar de una comida o cena refrescante, saludable y sin demasiadas complicaciones. Ya sea como plato principal o como guarnición de un plato de carne o de pescado, las ensaladas siempre triunfan. Además, ¡son tan versátiles que casi podríamos decir que el mundo de las ensaladas es infinito!

En esta ocasión, preparamos una ensalada de aguacate y tomate, un plato que te sorprenderá por su jugosidad y su sabor. ¿Cómo algo tan sencillo puede estar tan delicioso? Lo descubrimos, ¡vamos con la receta!

Ingredientes

ensalada de aguacate

1 tomate grande maduro

1 aguacate

Aceite de oliva virgen extra al gusto

Orégano seco

Hojas de rúcula (opcional)

Pipas de girasol (opcional)

Sal

Pimienta

Elaboración de la ensalada de aguacate

Esta ensalada de aguacate tiene más sabor que la cesár

A la hora de preparar cualquier ensalada, es clave que los ingredientes que utilicemos sean lo más frescos y de la mejor calidad posible. Esto asegurará que el resultado final de nuestra ensalada de aguacate y tomate sea exquisito.

Empezamos lavando bien el tomate. En mi caso, he utilizado un tomate valenciano maduro, jugoso, de sabor ligeramente dulce y piel fina, lo que resulta más agradable en boca si lo vamos a tomar al natural. También queda delicioso el tomate pera, el cherry o el tomate Rosa de Castellón, por ejemplo. ¡Elige tu variedad de tomate favorito, y listo!. Una vez lavado, lo cortamos en trozos más o menos uniformes y con forma de media luna. Reservamos.

Preparamos ahora el aguacate. Siempre es preferible dejar el aguacate para el último momento, para que no se oxide y mantenga toda su frescura y color. Lo cortamos a lo largo, lo pelamos y lo vaciamos por completo. Por último, lo vamos a cortar en rodajas no muy finas o en gajos más o menos del mismo tamaño que hemos cortado el tomate.

¡Solo nos queda emplatar! Para ello, colocamos primero el tomate en un bol o un plato, y encima, los gajos de aguacate. Por último, aliñamos con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta al gusto. Así ya estaría lista para degustar, pero a mí me gusta también añadirle unas pocas hojas de rúcula y algunas pipas de girasol, que darán un toque crujiente delicioso.

Para rematar, añadimos un poco de orégano seco y un chorrito de limón. Esta ensalada de aguacate y tomate resulta deliciosa como plato único acompañada de un buen pan tostado, pero también como guarnición de cualquier plato principal de carne o pescado. Sea como sea, ¡te encantará lo fácil que se prepara y lo refrescante y jugosa que está!.

Propiedades del aguacate

Esta ensalada de aguacate tiene más sabor que la cesár
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El aguacate, fruto del aguacatero (Persea americana), pertenece a la familia de las lauráceas, formada por plantas leñosas que crecen en climas cálidos y entre las que se incluyen aromáticas como el laurel, el alcanfor y la canela. ¿De donde proviene su nombre? Su origen se sitúa en Centroamérica, en las zonas de México, Guatemala y las Antillas. El nombre deriva del azteca ahuacatl, que significa «testículo», seguramente debido a su forma, y de ahí su fama como afrodisiaco.

Los españoles la denominaron «pera de las Indias». Tiene, en efecto, forma de pera, piel dura y oscura, y alberga en su interior una única semilla redonda y de gran tamaño. La pulpa es cremosa, de color verde o amarillo pálido, con un sabor que recuerda a la avellana. Al existir tantas variedades con diferentes épocas de recolección, el aguacate puede encontrarse en el mercado tanto en invierno como en verano. Actualmente se pueden encontrar aguacates de producción nacional y con el aval de la agricultura ecológica.

La composición del aguacate lo convierten en un alimento extraordinario que tiene cada día más seguidores. Las propiedades del aguacate son múltiples: Lo más curioso nutricionalmente del aguacate es que siendo una fruta fresca su principal componente no son los hidratos de carbono, sino las grasas, que constituyen el 23% de su peso. Y lo mejor es que son grasas del tipo más sano: monoinsaturadas, como las del aceite de oliva.

Como otros alimentos grasos, destaca sobre todo por su vitamina E, que protege la membrana de las células y su núcleo, que puede prevenir el desarrollo de enfermedades degenerativas como el cáncer. Unos 100 g de aguacate procuran el 25% de la que se precisa al día. También aportan el 22% de las necesidades diarias de vitamina C, un poco de provitamina A y una variedad de minerales(potasio, calcio, magnesio, fósforo, hierro, cobre y cinc).

Debido a la cremosidad de la pulpa que le confiere su riqueza en grasas, el aguacate se unta fácilmente, lo que lo convierte en una saludable mantequilla vegetal, alternativa excelente a las margarinas industriales. Su composición nutricional hace que sea un alimento prácticamente imprescindible en las dietas vegetales altas en grasas, como la cetogénica.

El aguacate no solo carece de colesterol, sino que tiende a reducirlo en el caso de estar elevado. Por eso es adecuado su consumo para prevenir la aparición de problemas como la aterosclerosis (falta de flexibilidad de las paredes arteriales) o enfermedades coronarias (angina de pecho o infarto de miocardio). Las grasas del aguacate insaturadas normalizan el colesterol, reduciendo el LDL o «malo» y aumentando el HDL o «bueno»