Si nunca antes has preparado uno, esta receta de risotto de queso Brie que comparto es genial para iniciarte en la preparación de este tipo de platos originalmente italianos. Se trata de un risotto de queso Brie muy cremoso y sabroso que conseguirás si sigues este paso a paso con detalle. Acompáñalo con algún tipo de carne de sabor fuerte y será un contraste genial por su sabor suave. ¡No dudes en probarlo!.
Ingredientes
2 tazas de arroz arbóreo
1 litro de caldo vegetal o de pollo caliente
½ cebolla picada
3 cucharadas soperas de mantequilla
100 gramos de queso Brie
½ taza de vino blanco seco
1 cucharada sopera de queso parmesano rallado
1 cucharada sopera de aceite de oliva
Sal al gusto
Pimienta al gusto
Preparación del risotto de queso brie
Fríe la cebolla en una cacerola con 2 cucharadas de mantequilla y el aceite de oliva hasta que esté bien dorada. Agrega el arroz arbóreo y saltea durante 3 minutos hasta que los granos se empiecen a volver transparentes. Añade el vino blanco y remueve bien para que el alcohol se evapore completamente. Luego, ves añadiendo cucharones de caldo vegetal o de pollo, siempre sin parar de remover para que el risotto de queso brie vaya soltando los almidones y se vaya espesando. Cuando veas que el arroz ya ha absorbido casi todo el líquido, vuelve a añadir otro cucharón de caldo hasta terminar la cocción.
Ves repitiendo el proceso de agregar caldo al risotto de queso fácil hasta que el arroz tenga la cocción adecuada (lo ideal es que esté al dente, ni demasiado crudo ni demasiado cocido). Una vez que haya llegado, añade el queso Brie en trocitos y mezcla para se derrita bien. Para terminar agrega una pizca de sal y pimienta al gusto, una cucharada de mantequilla y el queso parmesano rallado. Remueve para mezclar todo.
Sirve el risotto de queso Brie inmediatamente y cómetelo recién hecho porque cuando se enfría ya no queda igual. ¡Qué aproveche! Y de segundo o como acompañamiento te recomiendo unos escalopines de ternera al limón y de postre, un clásico tiramisú.
Beneficios del arroz
Un alimento que nunca falta en nuestras cocinas, el arroz. Puede que haya alguien al que no le guste pero en general es un básico en nuestra alimentación. Seguro que muchos de vosotros habréis tenido dudas o incluso habréis caído en los errores más comunes a la hora de cocinar arroz.
Podemos preparar con él desde un plato espectacular como una guarnición básica para acompañar una carne o un pescado. La versatilidad es una de sus grandes virtudes. A día de hoy, hay un sinfín de recetas con arroz, ya sea como plato principal o simplemente como preparar diferentes tipos de arroz: bomba, basmati, salvaje, estilo árabe, etc.
Si miramos un poco la historia de la humanidad, el arroz es uno de los alimentos presentes desde los tiempos más remotos. Está documentado su cultivo hace más de 8.000 años, en zonas asiáticas de China y Tailandia. Y en ese continente situamos sus orígenes. En los países de Asia Oriental podemos decir que es la base de su alimentación, y es impensable no incluirlo en los menús diarios de países como China, Japón, Tailandia, Vietnam, etc.
Algunas fuentes certifican que fue Cristóbal colón el que trajo hasta Europa las primeras semillas de arroz. En el siglo XVI existían ya plantaciones de este cereal en la península ibérica. Debido a su internalización, el arroz está hoy en día introducido en cualquier parte del Planeta. Se conocen más de 2.000 variedades, y en función de los diferentes climas y países, hay diferentes maneras de prepararlo en la cocina.
Los beneficios para la salud del arroz incluyen su capacidad de proporcionar energía instantánea. Asimismo permite estabilizar los niveles de azúcar en la sangre y retrasar el proceso de envejecimiento. También juega un papel importante en el suministro de vitamina B1 al cuerpo humano.
Otros beneficios incluyen su capacidad para ayudar en el cuidado de la piel. También ayuda a estimular el metabolismo, regular la digestión y reducir la presión arterial alta. Unque no lo creas, ayuda en la pérdida de peso, estimula el sistema inmunológico y proporciona protección contra la disentería y las enfermedades crónicas. Es un alimento fundamental en muchas cocinas de todo el mundo y es un importante cultivo de cereales que alimenta a más de la mitad de la población mundial.
Como el arroz es abundante en carbohidratos, actúa como combustible para el cuerpo y ayuda en el funcionamiento normal del cerebro. Los carbohidratos son metabolizados por el cuerpo y convertidos en energía funcional y utilizable. Las vitaminas, minerales y componentes orgánicos que se encuentran en él aumentan el funcionamiento y la actividad metabólica de todos los órganos, lo que aumenta aún más los niveles de energía.
Forma parte integrante de una dieta equilibrada, ya que puede proporcionar nutrientes sin tener ningún impacto negativo en la salud. Los bajos niveles de grasa, colesterol y sodio también ayudan a reducir la obesidad y las afecciones asociadas. Aunque la mayoría de la gente tiene la idea errónea de que el consumo de arroz blanco provoca un aumento de los niveles de glucosa en sangre, no existen evidencias al respecto.