La fabada es un plato tradicional de la gastronomía Asturiana. Un clásico de los de comer con cuchara que sienta estupendamente cuando el frío aprieta y de esos platos que tu abuela se sentiría orgullosa al ver que te lo terminas todo o si repites. La parte negativa: es muy calórico y difícil de adaptar a la alimentación diaria cuando buscas un objetivo concreto (salvo en comidas libres)
Por ese motivo he versionado este tradicional plato… Os propongo una opción muy reducida en calorías, rápida y sencilla de preparar! Porque estar a dieta no implica no poder comer de cuchara…
Ingredientes
150 g de Alubia blanca cocida.
2 cucharadas de tomate frito sin azúcares añadidos.
60 ml Agua
20 g de chorizo de pavo.
Pimentón de la Vera picante
Ajo molido
Perejil molido
Sal
Elaboración de la fabada
En un bol ponemos las dos cucharadas de tomate frito s.a. Añadimos media cucharadita de café de pimentón de la Vera (aquí ya es cuestión de gustos.. Si quieres darle un toque mas picante, añade mas). Le añadimos una pizca de ajo molido, perejil y sal al gusto. Y lo removemos todo.. Vamos probando la salsa hasta ponerla al gusto de sal.
Le añadimos los 60ml de agua y mezclamos bien para que se integre con el tomate. Troceamos el chorizo de pavo a taquitos pequeños. Mezclamos la salsa, el chorizo y las alubias. Calentamos 1minuto a máxima potencia al microondas. Y a disfrutar de una rica fabada Asturiana, pero sin remordimiento.
El origen de la fabada asturiana
La gastronomía asturiana no necesita presentación, es una de las más populares de España gracias a la abundancia, el sabor y el garbo de sus platos. Porque a Asturias se va a comer y a beber. Y luego… ya veremos. En este sentido, si la sidra es el alma o el yin de la gastronomía asturiana, la fabada es el yang, el cuerpo, la luz. Nos vamos Asturias para darnos un baño de luz norteña y conocer más de cerca la historia y el presente de la fabada, un plato capaz de esclarecer el invierno más siniestro.
Las primeras alubias llegaron a España procedentes de América encontrando en Asturias un terruño excepcional para su cultivo. Hablamos de la planta denominada Phaseolus Vulgaris del que proceden las judías secas o alubias que en Asturias se denomina faba y que se diferencia de la Vicia Faba del que procede el haba tradicional… De ahí el enfado de aquel lector de La Risa hace ya 175 años. Y aunque durante el siglo XVI ya encontramos en Asturias pucheros con fabes todavía falta para que se dé forma a la fabada, una receta que se cocinará a fuego lento durante décadas.
Porque la fabada necesita fabas, pero también precisa de compango que incluye diferentes piezas de carne sobre todo procedente del cerdo: tocino, lacón, morcilla, chorizo, además de cebolla, ajo y azafrán. Esa es la fabada ortodoxa que encontramos en cualquier restaurante asturiano y esa es la fabada que ya comienza a establecerse en Asturias en el siglo XVIII a tenor de diferentes fuentes que lo certifican.
Así existe una referencia en un texto de Manuel Rubín de Celis de 1783 que señala que pocas cosas podían gustar más a los asturianos que “las fabiquinas con tocín”. Gaspar Melchor de Jovellanos, uno de los vecinos más ilustres de Gijón, ya señaló en uno de sus textos de 1811 que por esas tierras abundaban los “pucheros de fabes”. Desgraciadamente, en estas fuentes aún no se especifica la receta y tampoco aparece el nombre con el que el plato se popularizaría definitivamente: fabada.
La tradición asturiana siempre ha fijado 1884 como la fecha en la que aparece escrita por vez primera la palabra ‘fabada’: se trata de un anuncio en El Comercio de una tal Justa la Bartola ofreciendo la tradicional fabada en la romería de Granda a 2,50 pesetas el cubierto. Pero tal y como Ana Vega Pérez de Arlucea explica en un artículo en el mismo periódico, ya en 1880 un diputado en las Cortes se refirió a la fabada con esta elocuente explicación: “Yo no sé lo que comen en Asturias, pero tendrán de seguro una paella especial que debe de ser buena, porque casi todos los asturianos que conozco son robustos. Un señor asturiano me dice que lo que allí se come se llama fabada, porque lo principal de ella son las fabas, pero en fin, debe de ser buena”.
Sea un año arriba o abajo, es evidente que en la segunda mitad del XIX la fabada es ya un plato consolidado en Asturias que manejaba una receta muy similar que se nutría principalmente de las Fabes de La Granja de Asturiana, así como el mencionado compango. Según este Consejo regulador, existen tres técnicas básicas para el cultivo de la faba, por supuesto, siempre en territorio asturiano: cultivo asociado a maíz, sistema de monocultivo de judía con tutores y cultivo sin tutor, siendo el segundo el más recomendado desde el punto de vista de rendimiento comercial así como el de mayor inversión al necesitar más mano de obra e infraestructura.