Ya lo dicen en ‘MasterChef‘, «hacer un buen arroz es una de las cosas más difíciles que hay«. A menos que se trate de un risotto o de preparaciones para la cocina japonesa, el arroz debe quedar suelto y suave y nunca estar hecho un pegote o aglutinado. A todos nos encanta servirlo de esta forma pero no siempre sabemos cómo conseguir ese toque genial típico de los buenos cocineros. En las siguientes líneas te vamos a mostrar cómo lograrlo siguiendo algunos trucos que te contaremos.
Elección del arroz
Lo primero, de lógica, es elegir un buen arroz. Para conseguir que te quede suelto la recomendación evidente que nunca debe faltar para empezar es elegir la variedad adecuada con el tipo de grano que contiene menos almidón, con lo que de este modo evitas al máximo que se aglutine. Por eso nunca se recomienda usar arroz del tipo bomba o para risottos si buscas que el resultado final sea el adecuado, mientras que los arroces de grano largo, el basmati y el vaporizado son ideales.
Freír el arroz
Para que el arroz quede suelto otra buena opción por la que muchos cocineros optan es freírlo un poco antes de cocinarlo en agua. Para hacerlo simplemente debes añadir un poco de aceite en una olla, calentarlo y una vez caliente añadir el arroz y sofreírlo entre 2 y 5 minutos. Después se añade a la olla con agua hirviendo y se continúa la preparación de forma convencional, a la manera en la que lo sueles hacer siempre.
No removerlo mucho
Un truco para que el arroz quede suelto que siempre hay que tener muy en cuenta es el de no removerlo demasiado durante la cocción. Con un par de veces es más que suficiente ya que al removerlo hacemos que el mismo suelte el almidón que contiene, lo que produce que el resultado final quede mucho más pastoso de lo que deseamos. No hay que preocuparse por si se quema o no ya que si lo cocinas en una olla adecuada y a una temperatura constante el mismo no se pegará.
Elección de la olla
Si quieres lograr un arroz suelto es también importante tener en cuenta otras recomendaciones que parecen obvias pero que son fundamentales, como puede ser el elegir la olla adecuada para hacerlo. Para ello hay que evitar siempre aquellas en las que la comida se pega. Las antiadherentes son ideales para una buena preparación. Por supuesto siempre tienes a tu disposición las llamadas «arroceras», en las que puedes obtener este cereal hervido al punto deseado, sin necesidad de preocupaciones y manteniéndolo caliente.
Medidas tradicionales
Y lo que no pueden faltar nunca para lograr un arroz suelto son las medidas tradicionales de toda la vida, las que nos han enseñado desde pequeños para hacerlo. La primera de todas, la más básica es la de que para hacer arroz común hay que añadir siempre 2 tazas de agua por da una de arroz. Una vez que el agua comience a hervir y añadas el cereal es muy importante bajar el fuego y dejar que se cocine a intensidad baja, de este modo el agua rendirá para toda la preparación y evitarás que te quede duro y pastoso.
Cantidad ideal
En general, 100 gramos de arroz por persona suelen ser suficientes, aunque la cantidad final dependerá totalmente del tipo de plato que estemos cocinando. Por ejemplo, si estamos preparando una receta de arroz para acompañar, podemos optar por reducir la cantidad a 50-60 gramos, mientras que si este cereal es el protagonista porque estamos haciendo una paella, tendremos que mantener los 100 o, incluso, un poco más por si alguien quiere repetir o si los comensales son de los llamados «de buen comer».
Lavarlo con agua fría
Si tu intención es preparar arroz blanco para acompañar y te has preguntado por qué te queda a veces tan pastoso seguro que es porque no has puesto un truco también muy sencillo en práctica. Se trata que, después de cocido, lo laves con agua fría para detener la cocción. Esto ayudará a frenar su cocimiento y a separar los granos para que quede suelto y manejable. Con ayuda de un colador lo pasas por debajo del grifo y verás después la diferencia. También puedes agregarle un chorrito de jugo de limón o de vinagre durante la cocción, que no va a cambiar el sabor pero evita su apelmazamiento.