La salsa para hacer una pizza con la qué te olvidarás del tomate

Cómo hacer pizza al pesto. Cómo en la mayoría de las cosas, las más sencillas suelen ser las más efectivas. Pues con esta receta de pizza pasa algo parecido, fácil de preparar, sabrosa al gusto y con pocos ingredientes, eso sí, de calidad.

Es importante también que te gusten los sabores de esta pizza, son peculiares, pues la salsa de pesto es particular. Una receta de salsa que combina un buen aceite de oliva virgen extra, albahaca fresca, queso, piñones y sal. Tanto es así, que os recomiendo que probéis esta pizza con varios pestos italianos, por ejemplo el pesto rosso, incluso juntando los dos tipos, el verde y el rojo.

Esta pizza es originaria de Génova y se encuentra alguna variación en Sicilia. No he llegado a probarlas en situ, pues no he tenido la oportunidad de ir a estas dos ciudades. Pero en Madrid la podrás encontrar en varias pizzerías italianas cerca de la zona de Chamberí, donde la he probado yo.

Esta pizza italiana al pesto es ideal para aquellas personas que quieren probar algo diferente a la tradicional con la base de tomate triturado. El toque amargo de la rúcula, el sabor de los corazones de las alcachofas y la cremosidad de la mozzarella, la elevará a un nivel gourmet. El pesto dará fuerza y el jamón de Parma ese toque dulce y sabroso para que queráis repetir. ¿Quién se anima?

El pesto de albahaca, aunque hay otras versiones de pesto sin piñones con otros ingredientes, me resultó maravilloso y caí en sus redes de manera instantánea. De desconocer por completo esta salsa tradicional italiana para pasta, pasé a tenerla siempre disponible en mi despensa. Por aquellos entonces, ignoraba que su elaboración fuera tan sencilla y que la versión casera resultara tan sumamente sabrosa.

Ingredientes

La salsa para hacer una pizza con la qué te olvidarás del tomate

250 g de masa de pizza italiana

100 g de queso mozzarella

2 lonchas de jamón (en este caso jamón de Parma)

4 corazones de alcachofa en conserva

Pimienta negra recién molida (al gusto)

Unas lascas de queso parmesano (30 gramos)

60 ml. de salsa de pesto casera

Rúcula fresca (al gusto)

Aceite de oliva virgen extra aromatizado con guindilla (aceite picante)

Preparación de la pizza

pizza

Si hemos optado por preparar una masa de pizza casera, en el blog podéis encontrar la receta de como la hacemos en casa. Se trata de una masa muy sabrosa y tierna que os animo a que preparéis.

Una vez que tenemos la masa de pizza preparada, lo primero que hacemos es encender el horno. A tope, lo máximo que de vuestro horno. En mi caso a 250º C durante unos 10 minutos y que esté caliente en el momento de introducir la pizza. Como la temperatura ha de ser alta, puede llevar bien unos 10 o 15 minutos. Será el tiempo recomendado que necesitemos para montar la pizza.

Ponemos un cuenco (apto para horno) con agua, para que tenga algo de humedad cuando vayamos a hornearla. Una vez que tenemos la masa de la pizza preparada, ya extendida en papel de horno, preparamos el relleno.

La base de esta pizza no es el tomate, sino el pesto. En esta receta de pesto podéis ver paso a paso como preparar un auténtico pesto italiano. Además tenéis también vídeo en el mismo artículo, para que os sea más fácil su elaboración. Preparad en cantidad para las muchas recetas que podéis acompañar con esta salsa.

Cortamos el queso mozzarella en láminas gruesas y las repartimos por la superficie de la pizza. Sin cargarla demasiado, no debe de llevar mucha cantidad. Salpicamos con nuestra salsa de pesto casera, siempre al gusto, pero no os paséis. Pues tiene mucho sabor y ya lleva otros ingredientes. En la receta recomiendo 60 ml. que son los que he utilizado para esta receta.

Dividimos los corazones de alcachofa en 2 partes y colocamos por toda la base de la pizza. Laminamos el jamón y cubrimos parte de la pizza con él. Llevamos la pizza entre dos personas la pizza entre dos personas por las esquinas del papel de horno con cuidado. Abrimos el horno y la ponemos en la bandeja del medio que estará muy caliente (pues la hemos precalentado dentro del horno).

Horneamos con el horno bien caliente a tope de temperatura, en este caso a 275º C calor arriba-abajo y aire durante 8 minutos (si vuestro horno no llega a esta temperatura, tendréis que tenerla más tiempo). Es tiempo suficiente para que la masa esté lista y el queso fundido.

Distribuimos unas hojitas de rúcula fresca y unas lascas de parmesano por encima. Regamos con un pequeño hilo de aceite de oliva virgen extra aromatizado con guindilla. Por último le damos el toque de la pimienta negra recién molida (al gusto). Lista para disfrutar de todo el sabor de esta pizza.