Es difícil encontrar platos como el tartar de aguacate y mango, que sean ideales no solo para sorprender a tus comensales sino también saludables para tu cuerpo, ya que se trata de uno con productos que están cargados de vitaminas, pues tanto el aguacate como el mango son dos super alimentos. Estas dos frutas de cultivo tropical mezcladas tienen un sabor muy agradable que no va a dejar indiferente a nadie. Y otra de las ventajas de hacer esta receta es que en ella no vas a tener que invertir mucho tiempo en la cocina, algo que se agradece.
Origen del aguacate
El aguacate, fruto del aguacatero (Persea americana), pertenece a la familia de las lauráceas, formada por plantas leñosas que crecen en climas cálidos y entre las que se incluyen aromáticas como el laurel, el alcanfor y la canela. Su origen se sitúa en Centroamérica, en las zonas de México, Guatemala y las Antillas. El nombre deriva del azteca ahuacatl, que significa «testículo», seguramente debido a su forma, y de ahí su fama como afrodisiaco. Tiene forma de pera, piel dura y oscura, y alberga en su interior una única semilla redonda y de gran tamaño. La pulpa es cremosa, de color verde o amarillo pálido, con un sabor que recuerda a la avellana.
Propiedades del aguacate
La composición del aguacate lo convierte en un alimento extraordinario que tiene cada día más seguidores, ya que sus propiedades son múltiples. Lo más curioso de los mismos, nutricionalmente hablando, es que siendo una fruta fresca su principal componente no son los hidratos de carbono, sino las grasas, que constituyen el 23% de su peso. Y lo mejor es que son grasas del tipo más sano: monoinsaturadas, como las del aceite de oliva. Tienen vitaminas C, A y E, que protege la membrana de las células y su núcleo, que puede prevenir el desarrollo de enfermedades degenerativas como el cáncer. Y también minerales (potasio, calcio, magnesio, fósforo, hierro, cobre y cinc).
Ventajas del mango
El aguacate los vamos a juntar en nuestro tartar con el mango, cuyo consumo puede ayudar a reducir la grasa corporal y controlar el azúcar en la sangre. Natural del Sudeste Asiático, donde se cultiva desde hace varios milenios, constituye un potente talismán para nuestra salud, porque está cargado de nutrientes -aminoácidos, vitaminas y minerales- de gran valor terapéutico y antioxidante, algo que lo convierte en elixir de juventud. Su pulpa posee altas dosis de las vitaminas de mayor poder antioxidante, la A, la C y la E.
Ingredientes de la receta
Por lo general, tanto el aguacate como el mango son antioxidantes, facilitan la digestión y refuerzan tus defensas, por lo que este plato de tartar si algo va a ser es saludable para nuestro organismo. Además, para prepararlo tan solo vas a necesitar como ingredientes tanto una como otra fruta, más mostaza, limón, y aceite de oliva, por lo que prácticamente no tendrás que salir tampoco de la cocina para ir a adquirir estos tres últimos elementos, ganando tiempo también en este apartado.
Cómo hacer el tartar
Para preparar este tartar de aguacate y mango tampoco vas a tener que pasar mucho tiempo en la cocina, ya que es muy sencillo. Lo primero será pelar tanto una como otra fruta y trocearlas en cuadraditos. Luego, en un bol mezcla, un chorro de aceite de oliva y cucharada de mostaza y el zumo de medio limón y a continuación vierte en el bol el aguacate y el mango troceados, y da vueltas. Ya solo te quedará al terminar ese paso montar el plato con un aro de metal y adornarlo cómo desees, vamos con el toque personal que quieras.
El tartar
Aunque en esta ocasión hemos utilizado el aguacate y el mango para llevar a cabo un tartar suele ser una preparación de carne o pescado crudo picado fino, opcionalmente con condimentos o salsas. Algunos ejemplos son el de ternera o filete tártaro, el de venado, el de salmón y el de atún. Habitualmente se sirve untado sobre tostada. Cuenta la leyenda que el plato toma su nombre de los tártaros de las estepas del centro de Asia, pero en realidad procede de la salsa tártara que acompañaba a la receta original. El plato es muy popular en numerosos países europeos, como la gastronomía de Francia o la de Polonia. Se dice que fue el chef galo Auguste Escoffier (1846-1935), unánimemente considerado el padre de la cocina moderna, quien en el año 1921 sentó las bases de lo que hoy se conoce como el steak tartar.