Ensalada: la fruta que debes añadir y que querrás comer siempre

Las ensaladas siempre apetecen y con esta receta de ensalada de uvas, queso y nueces tenemos la combinación de sabores perfecta del queso con la fruta y los frutos secos. Un clásico dentro de las ensaladas, completa y con un aliño sencillo y delicioso. En esta ensalada de uvas, queso y nueces, lo que marcará la diferencia será el queso empleado.

Aunque lo habitual suele ser añadir quesos cremosos de diferentes variedades, y más o menos fuertes, está claro que cada uno puede hacerla con el queso que más le guste, pues siempre nos va a quedar ideal; ya sea con un queso de cabra suave como con un queso azul, para un sabor más fuerte, o cualquier otro queso que tengáis.

En este caso, hemos empleado un queso de cabra suave, ideal para cualquier tipo de ensalada. Y sin duda alguna, mejor optar por uvas sin pepitas, blancas, negras o de ambas, para aportar el contraste de sabor y color que tanto nos gusta en las ensaladas.

Ingredientes

Ensalada

Para el aliño:

1 cucharadita de mostaza

30 ml de vinagre de manzana

60 ml de aceite de oliva virgen extra

1 pizca de sal

Para la ensalada:

200 g de brotes variados de ensalada (al gusto de cada uno)

2 rabanitos

100 g de queso de cabra

50 g de uvas blancas

50 g de uvas negras

40 g de nueces de California peladas

1 pizca de sal

1 pizca de pimienta molida

Elaboración de la ensalada

Ensalada: la fruta que debes añadir y que querrás comer siempre

Preparamos todos los ingredientes para hacer la receta y comenzamos haciendo la vinagreta. Para ello, en un bol, batimos 1 cucharadita de mostaza con 30 ml de vinagre de manzana y, sin dejar de remover, vamos añadiendo los 60 ml de aceite. Finalmente, echamos 1 pizca de sal y cuando tengamos el aliño emulsionado, lo reservamos mientras preparamos la ensalada.

Lavamos los 200 g de brotes de ensalada, laminamos los 2 rabanitos, desmenuzamos los 100 g de queso de cabra, cortamos los 50 g de las uvas blancas y los 50 g de uvas negras a la mitad y les retiramos las pepitas, si las tienen. Una vez tenemos todos los ingredientes listos, ya podemos montar la ensalada. En un bol ponemos los brotes o lechugas variadas y a continuación vamos añadiendo el resto de los ingredientes.

Colocamos los rabanitos laminados, las uvas y repartimos los trozos de queso desmenuzados. Repartimos también los 40 g de nueces y salpimentamos la ensalada. Finalmente, y una vez tengamos la ensalada lista con todos los ingredientes, la servimos, pero la aliñamos solamente si la vamos a consumir al momento. Le añadimos dos o tres cucharas de aliño y la presentamos con la vinagreta al lado, por si alguien quiere servirse más cantidad.

Todas las maneras de preparar ensalada

Ensalada: la fruta que debes añadir y que querrás comer siempre

Saciar el gusanillo viajero para este verano no es nada fácil pero, afortunadamente, la cocina puede venir en nuestra ayuda. Perfectas como entrante pero también como plato a compartir o, por qué no, como principal como una ensalada de alubias o judías blancas, las ensaladas nos han demostrado que son sanas, sabrosas y pueden ser muy equilibradas.

Además, cuando el calor aprieta nos sirven también para apostar por platos ligeros y refrescantes. Como no solo de ensaladilla rusa se puede vivir, hoy nuestra propuesta nos va a llevar por un viaje culinario por el mundo de las ensaladas. Desde el exótico Oriente a la cercanía de las ensaladas mediterráneas, pasando por opciones en las que no sólo lo vegetal es protagonista y todo ello sin olvidar aquellas que tenemos muy cerca.

Ensalada poke de atún y algas con aguacate. La gran contribución hawaiana (quién estuviera ahora en Hawai) es el famoso poke, popularizado en los últimos años como ejemplo de comida rápida pero sana. En este caso además lo emparentamos con otro de los chicos de moda, el aguacate, y tendremos un plato que nos traslada al océano Pacífico en cada bocado. Además, podéis sustituir los ingredientes a voluntad, bien sea añadiendo otras frutas o reemplazando el pescado por otro que prefiráis como salmón o atún rojo.

Panzanella italiana, perfecta para usar trozos de pan que tengáis por casa y para sacar todo el potencial de esos tomates cherry que tan buen resultado dan. Es una clásica receta de aprovechamiento, muy típica de la zona de Florencia, que a veces también se encuentra como panmolle. Ensalada caprese de pasta, otro icono de la frescura italiana que podemos resolver con sólo un par de ingredientes: mozzarella y tomate. En esta ocasión, la completamos con pasta corta pero podéis prescindir de ella o jugar con la pasta que tengáis a casa (fresca o seca) pero siempre mejor que sea corta.

Ensalada niçose, el estilo provenzal de la ensalada niçoise (o nizarda) y todo su sabor se cuela en casa con esta receta en la que encontramos huerta y también un puntito salino. Fundamentales son las anchoas en conserva si queremos ser puristas pero podéis sustituirlas por otra conserva si lo preferís. Además, acepta bien muchas más hortalizas pero procurad que no falte el tomate o la lechuga.