Está claro que ‘MasterChef‘ sigue interesando al personal, ya sea la versión anónimos, la de niños o ahora la de los ‘Celebrity‘. Así lo demuestran las audiencia, ya que, por ejemplo, su última entrega, la quinta de esta edición, mantuvo a 4.813.000espectadores pendientes en algún momento de una emisión en la que el actor Fernando Andina colgó el delantal del talent tras servir una piña de repostería que se parecía más a una medusa -en palabras de Jordi Cruz-. El talent culinario reunió a una media de 1.470.000 espectadores y un 15,6% de cuota de pantalla, siendo líder de su franja horaria. Pese a ello, no todos lo ven.
No ve ‘MasterChef’
Entre esas personas que no ven ‘MasterChef‘ están incluso personas que viven de la cocina, como es el caso de David de Jorge, más conocido como Robin Food. En una de las entrevistas más recientes que ha concedido, para Esquire, ha asegurado que «a mí no me interesa ‘Masterchef'». El popular cocinero y periodista español no critica al espacio de La 1, «me parece cojonudo el servicio que hace y lo que entretiene a la peña», pero precisa que «yo me meto en la cama temprano porque madrugo y porque tengo que defender mis historias».
Los peores registros de ‘MasterChef’
Lo cierto es que Robin Food no es el único que no ve ‘MasterChef‘, al menos la edición de los «celebrities» que está ahora en antena, ya que su estreno, el pasado mes de septiembre, fue agridulce, fue el peor de siempre, al reunir únicamente a un 15,4 por ciento de cuota y 1.495.000 espectadores, casi 5 puntos y 500.000 seguidores menos de los que congregó hace un año el debut de la sexta temporada (20,1 por ciento y 1.943.000 fieles). Esos registros, como se ha visto la última semana, no solo han crecido sino que han ido a peor.
Las críticas de Robin Food
Esas palabras hacia ‘MasterChef‘ del que se autodefine como «el mejor cocinero mediocre del mundo», no son una crítica hacia el espacio porque precisa que «la gilipollez no solo está en la alta cocina. También en la música, en la literatura, en el día a día, en la escalera de tu casa…». Insiste en que él ni ve ese espacio ni tan siquiera acude a entregas de premios como la última en la que recibió un galardón Dabiz Muñoz porque «todo eso al final supone un esfuerzo de la hostia». Según él, «Dabiz llegará a casa, cerrará la puerta y a él y a la Pedroche les entrará el descojone: «Hostia que soy mejor cocinero del mundo. Sácate una Chiquilines, ponte un Cola Cao y vamos a cenar que estoy hasta los cojones de tanto trampantojo…
Un chef desilusionado
Además de no ver ‘MasterChef‘, el popular chef indica que «sigo manteniendo la ilusión por comer, pero la ilusión por ir a los restaurantes hace mucho tiempo que no la tengo». Con su peculiar sentido del humor, David de Jorge soltaba al final de esa entrevista un «me cago en la puta comida tío, todo el día engordando con lo que cuesta luego adelgazar». Para él, «es el arte más amargo, la gastronomía y la comida, estamos todo el día comiendo y bebiendo para olvidarnos del último pedo que nos hemos agarrado o del último empacho que nos hemos metido entre pecho y espalda».
Quién es Robin Food
Este detractor de ‘MasterChef‘, al menos no seguidor fiel del mismo, tiene su mérito ya que ha trabajado junto a maestros como Hilario Arbelaitz (Zuberoa), Michel Guérard (Lés Prés d’Eugénie), Jacques Chibois (Bastide Saint Antoine) y Pedro Subijana (Akelarre), y ha ganado en dos ocasiones del Campeonato de España de cocineros (Salón de Gourmets, Madrid – Congreso de Alta Cocina Zaldiaran, Vitoria). Trabaja desde hace 20 años con Martín Berasategui, y desde finales de septiembre de 2014, está al frente de ‘Robin Food: atracón a mano armada’, en Telecinco, después de haber pasado el formato por la ETB con grandes audiencias.
Cocina popular
Vea o no ‘MasterChef‘, desde luego nadie puede negar que David de Jorge no sea un gran comunicador y su cocina es de tipo popular. Prueba de ello es que el 18 de junio de 2011 realizó el filete ruso más grande del mundo en el paseo del Arenal del Casco Viejo de Bilbao: 15 metros cuadrados de superficie, 400 kilos de peso y un espesor de 2,5 centímetros. De dicho filete fueron elaboradas un total de 4.000 raciones que se distribuyeron a los espectadores que se encontraban en la zona. También promotor de las «guarrindongadas«, una forma de combinación poco ortodoxa y extraña de ingredientes (como un bocadillo de nocilla con sardinillas).