Letizia Ortiz más feliz que nunca: sus últimos retoques estéticos le hacen brillar (otra vez)

La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color” así comenzaba la famosa sonatina de Rubén Darío, pero en nuestro caso ni la princesa- que ya es reina- ni está triste, porque sonríe más que nunca, ni ha perdido el color, porque se atreve por primera vez a llevar un total red en su outfit, labios y manicura incluida, algo anecdótico en ella porque lo habitual es que lleve la manicura francesa para que sus manos pasen desapercibidas, así como la fea costumbre de morderse las uñas.

Pero esta vez, la Reina está muy muy alegre. Es de todos sabido la influencia que los colores ejercen sobre el estado anímico de las personas y que el rojo además de ser el más sensual, es el que más actividad y aptitud nos da… puede ser por eso, por el que la Reina haya elegido este color para el día de la cuestación de la Cruz Roja, no solo para mostrar de manera expresa su implicación con la organización.

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Tanta fue la implicación que, por primera vez desde que se uniera a la organización de la mano de su suegra Doña Sofía y sus cuñadas las Infantas Elena y Cristina, se saltó todo el protocolo y no dudó, un instante, en abandonar la presidencia de la mesa, hucha en mano y acercarse a los fotógrafos que cubrían el acto – cuyas caras y nombres tiene más que de sobra conocidos- para pedirles un donativo y su implicación en la causa, ante el asombro de los compañeros que no sabían si colaborar o seguir fotografiándola.

La cercanía de la resolución judicial del Caso Noos, unos retoques de estética y su independencia han dotado a Letizia de una felicidad visible en su rostro

Es poco habitual en Doña Letizia que suela hacer guiños con la ropa que usa, pero esta vez, vestir los colores corporativos de la ONG, el gran volumen y rizo de su pelo junto a su rouge de labios, me hace pensar que se haya vuelto a retocar las facciones y que pretenda que estos pequeños retoques pasen desapercibidos, hasta el punto de acercarse a la prensa para ser fotografiada en un primer plano a modo de reto. Aunque, en mi opinión, el alzamiento de la ceja se puede percibir claramente, sobre todo por la nueva definición de su mirada y el brillo de su piel.

Pero esta no sería la única causa de su aparente felicidad. Las salidas nocturnas, como la de este pasado martes junto a sus antiguos compañeros, han debido darle el oxígeno necesario que tanto reclama. O tal vez es porque se acerca la sentencia por el Caso Noos que implica a la Infanta Cristina y que le daría la razón, acallando por siempre jamás aquellas voces que ponían en tela de juicio la actitud, que la por entonces Princesa de Asturias mantenía con su familia política.

Sea como fuere, desde luego preferimos a una Doña Letizia, divertida, cercana y natural alejada de la perfección que tanto se exige a sí misma.