Como quien ve marchitar la hojas caducas de los árboles en un otoño que con tal sutileza se cuela entre los huesos, el mundo del periodismo tuvo que despedirse de Jesús Quintero. A los 82 años nos dejaba El loco de la colina, un loco que aportaba sabiduría y cordura a la profesión periodística. Una voz cálida y serena que te invitaba a quedarte, que te inspiraba confianza y que era capaz de removerte las entrañas. Probablemente el ser con más luz, pero a su vez el tipo con el alma más sombría que se haya podido conocer. Porque, ¿Quién era realmente Jesús Quintero? Un hombre que cautivaba a sus entrevistados con la mirada y que pellizcaba los corazones hasta sacarles sus pasados más oscuros.
Ni los Ratones Coloraos le tuvieron miedo, porque estar cerca del onubense se sentía como casa, como amistad verdadera y locura bien avenida. Porque Jesús Quintero, como pocos sabían hacer, jugaba con los silencios, de esos que no te inquietan o te angustian, más bien todo lo contrario. Sus pausas, tan necesarias y acertadas, fueron capaces de traspasar absolutamente cualquier barrera hasta el punto de llegar a convertirse en remansos de paz donde sentirse a salvo. En paz se fue de esta vida, agotando sus últimas horas en la residencia Nuestra Señora de los Remedios (Ubrique), e inundando de un silencio inquebrantable cada rincón del alma.
Jesús Quintero: el contador de historias de las marismas
>Jesús Quintero siempre será inmenso, tan inmenso como el océano que baña su Huelva natal. Fue allí, en su amada tierra, donde el poeta de las marismas se aferró a un micrófono e hizo lo que mejor supo hacer siempre, contar grandes historias. En el año 1960 el onubense comenzó su aventura radiofónica en RNE, donde obtuvo una plaza y un gran reconocimiento con programas como Estudio 15-18, que presentó junto a Marisol Valle. Una arriesgada apuesta en la programación de la radio pública, que tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos tras cuatro décadas de dictadura.
Pero Jesús Quintero no solo alcanzó el éxito en su etapa radiofónica. El carisma indiscutible del comunicador le permitió traspasar la pantalla de todos los hogares españoles, y con ello crear a una figura periodística sin precedentes en nuestro país. Entre sus programas estrellas de la televisión es preciso destacar El hombre de la roulotte y El loco de la colina.
A principios de la década de los 90 Jesús Quintero dio el salto a la cadena autonómica andaluza, Canal Sur, con el formato Trece Noches. El espacio televisivo constaba de trece entrevistas, de una hora aproximada de duración, al escritor Antonio Gala con el que abordaba diversos temas de interés.
En su haber, el célebre periodista, tuvo más de doscientos galardones a lo largo de toda su trayectoria profesional. Entre ellos, el Ondas Internacional, el premio Rey de España de periodismo o el Premio a la originalidad periodística. Una vida marcada por el reconocimiento a su buen hacer periodístico, que de poco le sirvió a Jesús Quintero, un hombre de a pie, que disfrutaba de los placeres mundanos y que se mezclaba entre las gentes más variopintas del planeta Tierra.
Jesús Quintero: el mito imborrable del periodismo español
>Ni siquiera la mismísima Rocío Jurado pudo evitar escapar de la maraña de emociones y sentimientos que despertaba Jesús Quintero en el otro, en aquel que caminaba por la inevitable hostilidad de la vida. La Más Grande se enfrentaba a su entrevista más íntima y desgarradora aquel 10 de enero de 2006 en La 1 de Televisión Española, justo cinco meses antes de su pérdida a causa de un cáncer de páncreas.
Jesús Quintero siempre jugó con su mejor baza, una mirada penetrante que conseguía desarmar a cada uno de sus entrevistados. Ese contacto visual que te hace más humano, más certero y que es capaz de situarte como el más fiel confidente. Un don innato, del que muy pocos gozan, y del que el comunicador podía presumir en cada una de sus impecables intervenciones.
«¿A qué temes más, a los dolores del alma o del cuerpo?», le preguntaba Jesús Quintero a la chipionera. «A los del alma porque dejan más huella. Los del cuerpo sí se olvidan. Algunos del alma no», se sinceraba la folclórica ante su gran amigo. «¿Qué se aprende del dolor? ¿Qué has aprendido tú del dolor?», proseguía el presentador. «He aprendido a hermanarme con la gente que sufre. Yo ya lo traía, pero no es lo mismo cuando ya te pasa. Cuando te pasa, te sientes en hermandad», confesaba Rocío Jurado en su última entrevista televisiva.
Jesús Quintero deja a sus hijas Andrea y Lola destrozadas
>Fue el diario ABC de Sevilla, ayer a media tarde, quien comunicaba el fallecimiento del periodista y presentador, Jesús Quintero, a los 82 años de edad. El loco de la colina dejaba huérfana a la profesión periodística, tras graves problemas respiratorios y cardiacos, el 3 de octubre de 2022. El onubense llevaba desde septiembre ingresado en la residencia de Nuestra Señora de los Remedios de Ubrique, situada en la provincia de Cádiz.
Pero lo cierto, queridos Cotillas, es que no solo las grandes personalidades de nuestro país se quedan vacías tras su pérdida. Sus dos hijas, Andrea y Lola, destrozadas por la muerte de su padre, no se han separado del andaluz en los últimos momentos de su vida. La primera de ellas, fruto de su relación con Ángeles Urrutia, con tan solo 30 años ha querido seguir la estela de su progenitor, dedicada al periodismo, además de compartir con él la pasión por la escritura. Seis años más tarde, de su historia de amor con la también periodista, Joana Bonet, nació Lola (24) que, por el contrario, decidió mudarse a Reino Unido para iniciar sus estudios en Políticas y Sociología.