Los métodos para cocinar las patatas baby o patatas asadas que utilizamos últimamente os los hemos enseñado en varias ocasiones, especialmente haciendo patatas crujientes o patatas ‘al puñetazo’, pero también nos gusta hacer las patatas enteras conservando su interior tierno y cremoso, como las de la receta que hoy compartimos con vosotros, y nos encanta comerlas con las manos, cuando ya no queman, porque… ¡ojo!, somos demasiado impacientes.
El caso es que estas patatas de guarnición asadas enteras y aromatizadas con aceite de hierbas frescas son una verdadera delicia, además, es una receta saludable y nutritiva para repetir, y como se hace sola, es ideal para cualquier día de la semana, para comer o para cenar, para servir como aperitivo o para disfrutar como guarnición, probadla porque os va a encantar. Elegid patatas pequeñitas, podéis hacer las que venden en bolsas en la sección de refrigerados, listas para cocinar en microondas, pero si las compráis en la frutería y verdulería a granel, seguramente os saldrán más económicas.
Ingredientes
Para 4 personas:
500 gramos de patatas pequeñas o de guarnición
1 cucharada de postre rasa de sal
40 gramos de aceite de oliva virgen extra
1 diente de ajo pequeño
Cucharada necesaria de hierbas aromáticas frescas (cebollino, albahaca, estragón, cilantro, perejil…)
Cucharada necesaria de sal yodada.
Elaboración de la receta
Lava y seca las patatas, ponlas en un recipiente apto para el microondas, para la cocción al vapor, y programa siete minutos a máxima potencia. Mientras tanto, prepara el aceite de hierbas frescas, nosotros hemos utilizado varias de las que tenemos en nuestros maceteros, como las citadas en los ingredientes, tú puedes hacer este aceite aromatizado con las hierbas que más te gusten o con las que tengas.
Pon el aceite de oliva virgen extra en el vaso de la batidora, añade sal, las hierbas aromáticas troceadas y el ajo pelado, tritura un minuto y listo. No se gastará todo el aceite en las patatas, podrás utilizarlo en cualquier otra receta, por ejemplo, para unos mejillones o almejas al vapor, un pescado a la plancha o como base para una vinagreta.
Finalizada la cocción, pasa las patatas a un recipiente apto para la freidora de aire. Se podrían poner directamente en la cesta, pero el aceite aromatizado se escurrirá entonces, igualmente quedan bien.
Adereza las patatas cocidas con sal y el aceite de hierbas frescas, mezcla bien y programa en la freidora de aire 15 minutos a 200º C. A mitad de la cocción puedes comprobar cómo van las patatas, si quieres añadir más aderezo, si hay que moverlas (esto depende de la aifryer o de la cantidad de patatas que hagas según el tamaño de la misma).
Las patatas asadas con aceite de hierbas aromáticas frescas están listas para servir, doradas, con la piel ligeramente crujientes, perfumadas y muy sabrosas, son tan buenas para comer solas como acompañadas de alguna otra salsa, siendo protagonistas del plato o guarnición. ¡Buen provecho!
Trucos para hacer patatas asadas
La patata asada perfecta es crujiente por fuera y tierna por dentro, como plato principal o haciendo las veces de guarnición de un filete o un pescado, a todos nos encantan las patatas asadas. Pero, ¿sabes cómo hacer las mejores patatas asadas? ¿Sabías que existen trucos y recursos para que queden perfectas?
Por ejemplo, para conseguir el característico dorado crujiente del exterior, no vale cualquier tipo de patata. Las mejores patatas para hornear son las “harinosas”, normalmente con la piel amarillenta y gruesa y de textura seca, ya que contienen menos humedad. Variedades comunes son la Russet, la Bintje, la King Edward y la Maris Piper.
Otro de los problemas al que nos enfrentamos cuando horneamos patatas es el tiempo que tardan en cocinarse, por lo que para muchos pre-cocerlas es un truco para lograr un mejor resultado.
Solo debes colocarlas en una cazuela con agua fría y añadir un poco de sal. Enciende el fuego y cuando el agua comience a hervir, déjalas cocer unos 15 minutos. Cuando estén listas, retira el agua.
Una vez hervidas (o no), añade un chorro generoso de aceite de oliva, regando todas las patatas para asegurarte de que se doran en el horno y no se pegan a la bandeja. Siempre que sea posible, opta por aceite de oliva virgen extra, ya que además de ser mejor para la salud aportará un sabor intenso a las patatas.
Puede parecer una obviedad pero… ¡es importante no hacerlo mal! Dependiendo de cómo quieras cocinar tus patatas asadas perfectas la temperatura del horno debe oscilar entre los 190º y los 230º grados.
Ponemos el horno a precalentar a 200 º grados. Mientras se calienta, lavamos las patatas y aprovechando mientras todavía estén húmedas las sazonamos con sal y pimienta y las envolvemos en papel de aluminio, que hará que se acelere el proceso. Otra de las grandes dudas es si comer las patatas con o sin piel. Los que no conciben comerlas peladas esgrimen argumentos nutricionales; la piel de la patata contiene la mayoría de fibra y nutrientes, en especial vitamina C, localizados alrededor de la piel. Si te decantas por esta variante, lávalas minuciosamente y elimina las partes verdosas o los brotes ya que pueden ser tóxicos.