Con la llegada de las altas temperaturas, salsas típicas de la gastronomía española como la mayonesa pueden constituir un riesgo alimentario si no se preparan y conservan correctamente. Por este motivo, el cocinero Karlos Arguiñano ha mostrado a los espectadores de Cocina Abierta cómo preparar una mayonesa casera sin huevo, pero igual de sabrosa que la receta original. «No hay huevo y así no tenemos peligro de que se estropee. Es una buena alternativa a los calores y a los peligros de una mayonesa», ha calificado Arguiñano.
Si hay una salsa que puede acompañar a prácticamente cualquier plato en nuestra cocina, esa es, sin duda, la mayonesa. Y es que es el complemento ideal para una hamburguesa, para un pescado, para las patatas fritas o en ensaladas.
Además, su preparación es realmente simple. Aunque hay mil maneras de hacerla y cada una tiene su truco, bastará con tener aceite de girasol o aceite de oliva (dependiendo de si te gusta más suave o no), sal, limón o vinagre y huevo. Sin embargo, durante los meses de verano tendremos que tener más cuidado aún a la hora de conservar este tipo de productos al contener huevo, sobre todo si se realiza de manera casera. El calor y las elevadas temperaturas favorecen la proliferación de microorganismos en los alimentos y por eso son muy frecuentes las intoxicaciones alimentarias durante el verano. Un paso fundamental al preparar cualquier plato es conservarlo de manera adecuada para evitar la contaminación por cualquier patógeno.
Entonces, ¿cómo se debe conservar la mayonesa casera? ¿Cuánto tiempo aguanta en la nevera sin que suponga un riesgo su consumo? Como indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las tortillas o salsas a base de huevo pueden suponer un riesgo. «Este alimento hay que manipularlo con cuidado, evitar que el interior se contamine con la cáscara que puede estar sucia, no lavarlos, tener las salsas como mayonesa siempre en la nevera y no más de 24 horas desde que se preparan», recuerda la organización.
Ingredientes
1/4 litro de aceite
6 cucharadas de leche
Sal
1 cucharada de vinagre
Elaboración de la mayonesa sin huevo
En un vaso de batidora, agrega primero la leche, una pizca de sal, un chorrito de vinagre y, por último, el aceite. Del mismo modo que se hace con una mayonesa clásica, comienza a batir desde el fondo del vaso, sin mover la batidora hacia arriba en ningún momento. Al cabo de unos minutos, cuando la emulsión comience a espesar y a coger la textura de mayonesa, estará ya lista para servir en un cuenco.
Las salsas que más calorías tienen
Las salsas que tienen un valor energético mayor se caracterizan por integrar en sus recetas elementos tales como el aceite de oliva, el huevo o los frutos secos.
Es de las primeras cosas que se recomienda eliminar en un régimen alimenticio, pero a veces son necesarias para no desistir a la primera semana por el aburrimiento de comer una triste pechuga de pollo a secas o algo parecido un día sí y otro también. De acuerdo a los datos estadísticos, donde se pueden consultar datos de numerosos alimentos ordenados por categorías, la salsa que ocupa el primer lugar de las que más aportan son, por este orden, la mayonesa, la de mostaza, el allioli, la holandesa y el pesto.
Se trata de una de las salsas que menos ingredientes requiere, pero más calorías reúne. La mayonesa se elabora con huevo, aceite, vinagre o zumo de limón y sal. A pesar de su sencillez, se trata de la salsa con más calorías. Concretamente, el valor energético de esta salsa rondan las 680 calorías por cada 100 gramos.
El alioli, cuando esta salsa se realiza de manera tradicional se elabora con sólo tres ingredientes: ajo, aceite de oliva y sal. Sin embargo, hacer emulsionar esta mezcla es realmente complicado y, por eso, nació la versión fácil del alioli: mayonesa con ajo. Por esta razón, las salsas de alioli que se encuentran en el mercado son bastante calóricas: rondan las 650 calorías por cada 100 gramos de producto. La salsa de mostaza, si se realiza de manera tradicional, supone pocas calorías para el consumidor. Sin embargo, al añadirse la miel, que es básicamente azúcar, suben las calorías de manera considerable. En concreto, las salsas de mostaza y miel suponen alrededor de 400 calorías por cada 100 gramos.
Una de las salsas italianas más típicas para los platos de pasta. El ingrediente fundamental de esta receta es la albahaca. Sin embargo, también cuenta con piñones, aceite de oliva y queso parmesano. Tres ingredientes que elevan considerablemente el número de calorías de la salsa: por cada 100 gramos contiene cerca de 500 calorías, aproximadamente. Por último, cierra la lista un aderezo que puede pervertir los beneficios de una ensalada. El origen y los ingredientes de la salsa césar son todavía un asunto de debate. Sin embargo, lo que está claro es que se trata de una salsa calórica: cuenta con, aproximadamente, 350 calorías por cada 100 gramos de producto.