Otro de los clásicos de nuestra cocina es el pollo, en sus múltiples variantes, ya sea asado, al ajillo, al chilindrón… Cualquier modalidad suele ser bien acogida por los comensales y se puede poner sin problema como plato principal de una comida. A pesar de ser un plato tradicional resulta delicioso y simple de preparar así que en esta ocasión hemos decidido presentarlo asado pero al mismo tiempo relleno, para darle más sabor, siguiendo los pasos de Robin Food. Además, la mejor forma de acompañarlo es servirlo y disfrutarlo bañando con la salsa del pollo un rico puré de patata, dejando que la piel del pollo quede bien dorada y crujiente.
Ventajas de comer pollo
La carne de pollo, además de ser un producto económico, teniendo en cuenta cómo está el precio de la mayoría del resto de carnes, nos puede aportar también muchos beneficios a nuestro organismo, toda vez que es fuente importante de nutrientes como proteínas, lípidos, Vitamina 3 y minerales como calcio, hierro, zinc, sodio, potasio y magnesio, entre otros. De fácil digestión, la mayor parte de la grasa corporal de esta ave se encuentra en la piel, por lo que al retirarla se reduce el consumo de grasa. Hay que recordar siempre que una alimentación saludable es fundamental para proteger la salud y prevenir enfermedades
Ingredientes del pollo relleno
Hacer un pollo asado es una de las recetas más sencillas que existen, y ésta, por mucho que esté relleno y cuente con un complemento como un puré de patata, también es muy fácil de seguir. Para poder llevarla a cabo vamos a necesitar como ingredientes un pollo entero, una cebolleta, 100 gramos de champiñones, 30 gramos de pistachos pelados, 6 orejones de albaricoque y melocotón, 30 pasas, 400 gramos de carne picada, un vaso de vino oloroso, una rama de romero, sal, pimienta y aceite de oliva, mientras que para preparar el puré precisaremos un kilo de patatas, 250 ml leche, 50 gramos de mantequilla, sal y nuez moscada.
Cómo hacer la receta
Para preparar esta receta de pollo relleno al horno con puré de patatas lo primero que tendrás que hacer, si no viene ya así, es limpiar el ingrediente principal y luego preparar un sofrito con la cebolleta picada y los champiñones, con aceite y sal. A continuación se mezcla en un bol la carne picada, el sofrito, los orejones, las pasas y los pistachos picados con sal y pimienta. Se rellena el pollo, se coloca en una bandeja de horno, se salpimienta, se rocía con el vino y se hornea con una rama de romero a 230 grados centígrados, durante 45 minutos. Finalmente se pelan las patatas y se cuecen con agua, y se pasan por el pasapuré y se adereza con leche, mantequilla, nuez moscada y sal.
Cómo cocer las patatas
El complemento de nuestro pollo relleno al horno, el puré, tiene que quedar también perfecto, y para ello hay que seguir los siguientes pasos para cocer las patatas. Lo tenemos que hacer enteras, sin pelar e intentando que sean todas del mismo tamaño. Las coceremos con piel para evitar que el agua de la cocción se introduzca en ella y las deje un poco aguada, lo que sería perjudicial para la textura final del puré. Si no son todas del mismo tamaño, las más grandes quedarán algo crudas y las pequeñas demasiado cocidas. Se cuecen durante unos 30 minutos, dependiendo un poco del tamaño de las que hayamos elegido y podemos comprobar que están en su punto cuando al pincharlas con un cuchillo estas no ofrecen resistencia.
Cómo incorporar la mantequilla, la sal y la leche
Aunque el complemento del pollo, el puré, también es una receta tradicional de toda la vida y casi todo el mundo sabe hacerla, hay que tener en cuenta ciertos aspectos para que nos quede perfecto. Por ejemplo, a la hora de incorporar la mantequilla es importante que esté a temperatura ambiente, con lo que será más fácil incorporarla a las patatas y evitaremos el tener que trabajarlas en exceso para integrarlos. Será más fácil que la mantequilla se derrita con el calor de la patata si la utilizamos a temperatura ambiente, mejor que si estuviera fría. La leche hay que calentarla antes de añadirla a las patatas para que de un resultado final más cremoso. Aunque ya henos cocido la patata con algo de sal, es en este momento cuando podremos comprobar si ha subido suficiente o es necesario completar la cantidad. Por eso es importante que no cozamos las patatas con una excesiva cantidad de sal. Es preferible quedarse algo corto.