José Ortega Cano está viviendo uno de los momentos más tensos de su vida. Todo comenzó con la primera parte del documental de Rocío Carrasco, Rocío, contar la verdad para seguir viva. En este se dibujó un perfil del torero que no gustó nada… pero lo cierto es que los datos que se han vertido en la segunda parte del documental, ‘En el nombre de Rocío’, han hecho más daño aún.
Rocío ha asegurado que su madre murió enamorada de Pedro Carrasco y viceversa, ha insinuado que José Ortega Cano era un hombre muy tacaño, que nunca debía haberse casado con él… una serie de afirmaciones que han hundido al torero y a las que se le suma las de su mujer, Ana María Aldón y su hija, en los platós de televisión.
Hoy, hemos podido ver al diestro y lo cierto es que se muestra de lo más sobrepasado con la situación que vive en su casa. Sin querer hablar y con un genio bestial, Ortega pide a la prensa que le dejen tranquilo: «¡Déjeme usted tranquilo por favor!». Ante la petición de la reportera sobre que aclare el tema de los enseres que sacó de casa responde tajante: «¡Que no le aclaro nada! ¡Que me dejen tranquilo de una puñetera vez!».
El diestro, muy tenso por la presencia de la prensa, intenta abrir la puerta del taxi que le espera en las inmediaciones sin éxito y esto provoca que de varios golpes al coche… tal era el enfado del diestro que tira del manillar de la puerta del vehículo con toda su fuerza intentando escapar de la prensa.
Una situación de lo más delicada que evidencia la tensión que se está viviendo en la casa del torero: Ana María Aldón alejada del foco mediático al estar viviendo en el límite, la exposición mediática de su hija y todas las especulaciones que sigue habiendo 16 años después de su matrimonio con Rocío Jurado.