Sonia Ferrer ha dejado a un lado el estrés de organizar su boda son Sergio Fontecha y cambiar de aires. Y que mejor remedio para relajarse que acudir a la inauguración del Parque Warner Beach. Sin duda, tras un mes sin ver a la presentadora la vemos radiante, aunque nerviosa. Y no es para menos, ya que el bodorrio está al caer.
Sonia Ferrer lo tiene claro, las bodas dan más vértigo que las atracciones
> «Preparar la boda sí que es adrenalina y no las atracciones», reconoce con mucho sentido del humor, confesando que a aunque se casa el 30 de julio «tengo tendencia a complicarme la vida y no está todo organizado, quedan miles de pequeños detalles».
Completamente volcada en organizarlo todo para que salga a la perfección, con la ayuda de su prometido, que es «maravilloso» Sonia adelanta que será «una boda como soy yo». «Ya tengo una edad, no quiero hacer nada para complacer a los demás, es algo que nos va a gustar a nosotros y espero que les guste a los invitados también» afirma, convencida de que «será una boda en la que todos los que vienen se van a quedar para siempre en nuestras vidas».
Nuevos detalles sobre su vestido: ¡Todavía no está acabado!
>Y si de una boda hablamos, imposible no preguntar a la novia por su vestido. En la primera prueba en Aire Barcelona, el pasado mes de abril, la presentadora reveló que era un diseño «elegante» y «precioso» del que no quiso dar más detalles y sobre el que ahora ha aumentado el misterio, asegurando que todavía no está acabado y dejando en el aire si será blanco o si se tratará de un pantalón en lugar de un vestido como ‘manda’ la tradición. «Tengo ganas, y estoy nerviosa pero muy feliz», reconoce.
En los planes de futuro de Sonia Ferrer, no entra ser madre de nuevo: «Me apetece vivir la vida»
>Tras la boda, ¿Se plantea ampliar la familia y repetir maternidad? Sonia lo tiene claro: «No, la verdad es que no. En este caso es algo que hemos pensado. Si la vida me hubiese llevado por otro camino hubiera tenido muchos niños, porque me encantan, pero la vida ha sido así. Estoy en un punto de mi vida con una edad que la verdad es que no sé si quiero, pues tengo 44 años. Es una edad de riesgo para un embarazo. Ya he cubierto esas necesidades o como se quiera llamar. Me apetece disfrutar de una relación feliz, sana y bonita y vivir la vida»