Juan Carlos I acabó su reinado cuando su popularidad había caído en picado. La Monarquía en España no pasa por su mejor momento desde entonces. La casa de Borbón se instauró después de la dictadura y trajo consigo ciertos vientos de cambio.
Después de 40 años y varios escándalos a sus espaldas, el pueblo español está empezando a ver la verdadera cara de una institución retrógrada.
1Un pacto de silencio
Juan Carlos I siempre ha estado protegido por un pacto de silencio. Hasta los últimos días de su reinado gozó de cierta inmunidad. Nadie contradecía sus acciones y se encontraba todavía disfrutando de su condición de primer monarca después de una dura dictadura.
Nadie está por encima de su figura y no está sujeto a ninguna responsabilidad. No tiene que rendir cuentas al pueblo. Es el pueblo el que debe compartir con él sus gastos. Con una partida astronómica, cinco palacios que mantener y varios caprichos, barcos y coches de lujo, el exjefe del Estado nos representaba por el mundo.
Su figura simpática y accidental sigue todavía presente, como el Borbón que llegó para quedarse.