Es una mujer felizmente casada. Así lo asegura Anabel Pantoja, quien irradia felicidad a cada paso que da desde que le dio el ‘Sí, quiero’ a su Negro, Omar Sánchez. La sobrina de Isabel Pantoja no está dispuesta a que nadie enturbie este momento pletórico que está viviendo y por esto adopta una actitud muy positiva ante los ataques tanto de su primo Kiko Rivera como de los haters, que están empeñados en destruir su matrimonio.
Lejos de contratacar a su primo tras las últimas declaraciones que ha hecho el DJ sobre ella y sobre Isa P., Anabel se alegra del éxito de su primo Kiko Rivera y así los verbaliza: «Para mí es un honor que le den un premio y por supuesto bien merecido y por supuesto que me alegro porque yo de la gente que quiero, siempre me alegraré». Toda una declaración de intenciones que denota la elegante postura que mantiene Anabel frente a su familia, a las personas que quiere, y en la que hay una total ausencia de rencor.
La misma adopta ante sus haters. Empeñados en destruir su matrimonio por activa y por pasiva Anabel ni se solivianta con sus declaraciones ni pierde el tiempo con ellos, a los que manda un mensaje directo sobre lo que opina de ellos: «son personas aburridas».
Algo, el aburrimiento, para lo que ella no tiene tiempo ya que su agenda profesional está a rebosar: «Tengo que trabajar mucho, gracias a Dios que no falte y estoy en una época de mi vida que necesitaba, tengo 35 años y no puedo estar más feliz ahora mismo. Feliz y tranquila, es verdad que todo mundo tiene sus problemas y cosillas en la casa, en el trabajo, con los amigos pero no me puedo quejar. En esta vida no se puede quejar uno, porque como me queje, no, hay cosas mucho peores». Y nada mejor para aliviar las tensiones que todo exceso de trabajo produce que una buena sesión de zumba, en la que Anabel se entregó de lleno.