Mario Conde vuelve a estar desgarrado como lo estuvo el día que murió su mujer Lourdes Arroyo. Su hermana Ana ha fallecido estos días y el dolor ha hecho mella en el economista. El que fuera amigo del Rey Juan Carlos, ha vuelto a sacar su vena de escritor y no ha podido por menos que abrirse en cuerpo y alma para hablar de su hermana y de lo que supone para él su familia.
Mario Conde, desgarrado por la muerte de su hermana pequeña
«La fragilidad de la vida, esa inmensa capacidad de alterar nuestro surco vital de manera brusca, tan potente como imprevista, la sentimos de modo especialmente intenso cuando acontecimientos inesperados nos golpean en lo más profundo, dejando tras de si, no solo una sensación de vacío, la presencia de una ausencia, sino, adicionalmente, una áspera sensación de injusticia existencial», empezaba diciendo el que mantiene una relación con Adriana Torres, en su red social de Instagram y hacia desatar todas las alarmas de que algo había sucedido en su vida.
El empresario -conocido por su trayectoria en Banesto- ha querido compartir con todos sus seguidores su pesar por el triste fallecimiento de su hermana Ana y lo ha hecho regalando unas preciosas palabras: «Ella, Ana, nuestra hermana pequeña, era sobre todo y por encima de todo la bondad personificada«, recuerda.
Ana Conde, delicada de salud desde que nació
«Vivió soportando un injusto sufrimiento, lo que incrementa exponencialmente la calidad de lo sufrido. Pero sobre el dolor quiso edificar un rotundo silencio, consumiendo en su interior la acidez amarga del sabor de lo injusto. Dios no le dio buena salud desde su nacimiento, pero a cambio le dotó del corazón más generoso, amplio, afectuoso y sincero que imaginarse pueda. La quería todos los que con ella convivían, porque desparramaba bondad envuelta en una ingenua, e inteligente a la vez, amplia sonrisa».
«Hoy, mi hermana Carmen y yo, en compañía de mi cuñado Fernando, y algunos, pocos, íntimos, hemos dejado sus cenizas en el panteón familiar» y es que la familia se ha reunido este fin de semana en su localidad de origen, Tui, para despedirse en la intimidad.
No ha sido una situación nada fácil para el economista y s u familia: «Allí permanece lo que queda de su estructura corporal, pero su alma sigue viva en nosotros, con más fuerzas que nunca» se abría Mario Conde.
El de Banesto habla de la importancia de su hermanas en su vida
Estas palabras han sido sin duda, el mejor monumento que le podía hacer. El viudo de Lourdes Arroyo (arriba en la imagen) y su hermana Carmen no pueden esta más desgarrados: «Los tres hermanos hemos vivido juntos dolorosos acontecimientos que, si cabe, nos han unido más aún. Hemos entendido que la sangre no es suficiente. Se reclama el amor y la bondad para poder utilizar la palabra hermandad».
Rindiéndole un sentido homenaje, concluía explicando lo que han supuesto sus hermanas para él y viceversa: «Nosotros tres tuvimos y cultivamos en momentos difíciles esa hermandad. Permanecemos de momento, dos de los tres con estructura corpórea, en lo que algunos llaman esta ‘manifestación’, pero seguimos los tres, Ana, Carmen y yo unidos en la comunicación espiritual«, todo hace indicar que van a tener muy presente a la pequeña de la familia y sobre todo, que no van a ser momentos muy fáciles para ellos.
El que fuera amigo del Rey Juan Carlos, a buen seguro, estará muy pendiente de su cuñado Fernando y de los dos hijos que tuvo el matrimonio que cuentan ya con más de 30 años.