Georgina Rodríguez confirma en una de las revistas más importantes de la prensa del corazón lo que era un secreto a voces: está embarazada del que será el cuarto hijo de Cristiano Ronaldo. Eso sí, la confirmación, lejos de ser explícita, es gráfica e interpretativa.
El jugador de fútbol no se encuentra en su punto más alto de popularidad y aunque a través de sus redes sociales intenta hacer una vida medianamente normal (como la empresa generadora de dinero que es) lo cierto es que en casa las cosas no están bien.
Nunca es sencillo para una súper estrella (del gremio que sea) sentarse en el banquillo de los acusados en calidad de imputado y señalado por un ministerio público que te inculpa de evadir de casi 15 millones de euros. Y menos para él, con todo lo que arrastra.
Georgina, en estos duros momentos, está siendo su apoyo fundamental. El astro portugués repele la prensa rosa, detesta ser carne de papel cuché y prohíbe a sus parejas hablar sobre él y sobre la intimidad de lo que sucede en su casa de la Finca, lugar donde se cuece todo.
La joven (y la publicación) ha respetado las condiciones y la decisión de su chico a rajatabla; y ha celebrado, feliz, que Ronaldo le diese luz verde y le permitiese posar en la portada de la Biblia del corazón contando exactamente nada.
Ambos conocen el business y a pesar de formar parte de la agencia de modelos que representa a figuras de la talla de Bar Refaeli, Laura Ponte o Rocío Crusset, la novia de CR7, en casi diez meses de lanzamiento público al estrellato, solo ha realizado un reportaje fotográfico. Después vendrá el bebé y con él, los cuatro o cinco meses de recuperación posteriores al parto.
La pareja sabe que el mundo necesita escuchar a Georgina aunque sea a través de letras escritas pero Cristiano prohíbe taxativamente que se hable de él, de sus hijos o de su familia. La de Huesca no ha tenido más remedio que hablar de su rutina deportiva, su alimentación, su amor por la naturaleza y su experiencia en el ballet. De Cristiano, ni rastro. Del sexo del bebé, menos.
«Soy muy familiar y me encantan los niños» es lo máximo que ha comentado Gio. Y ciertamente, tras descubrirse el último capricho del hijo mayor de CR7 no le quedan muchas más opciones. Madre de cuatro a los veintitrés.