«No puedo seguir con el show. Es una emergencia familiar». Con estas palabras cancelaba Kanye West su concierto anoche en Nueva York ante el estupor de más de 15.000 personas. Al otro lado del charco, su esposa, Kim Kardashian estaba sufriendo un atraco a punta de pistola en su residencia de París.
Aunque adora París y su fashion week, parece que no es la mejor semana de Kim Kardashian. El pasado jueves, al bajarse de su coche para almorzar en el famoso restaurante L’Avenue, Vitalii Seduik, el ucraniano conocido por intentar asaltar a las celebrities, se le abalanzó para intentar besar su millonario trasero. Su equipo de seguridad reaccionó rápido. No podemos decir lo mismo respecto a lo acontecido la pasada noche del domingo.
Tras haber acudido al desfile de Balenciaga sin maquillar, la empresaria se fue a su residencia de lujo a descansar y en torno a las 4.30 de la madrugada, según confirma su portavoz a CNN, cinco hombres enmascarados y vestidos de policía burlaron la seguridad de la celebridad, entraron en su habitación a punta de pistola y robaron joyas por valor de 10 millones de euros. Afortunadamente, ella no ha resultado herida. No obstante, tal y como confirma la agencia Reuters a través de su representante, se encuentra bastante mal y en estado de shock.