Mario Casas y José Coronado se han unido para convertirse en el nuevo dúo dinámico estrella de Netflix gracias al estreno de El Inocente que llega a la plataforma el próximo viernes. En esta ocasión los actores acudieron a El Hormiguero para revelar algunos de los detalles de cómo ha sido trabajar juntos.
Con un Goya en sus manos por fin después de muchos años de trabajo y de éxito, Mario Casas confiesa qué fue lo mejor de recibir este reconocimiento en un año tan complicado para el cine: «Lo que me gustó fue recibir el Goya con la familia en mi casa, fue lo más bonito. Al final no cambia nada, te levantas al día siguiente y te levantas igual». Por su parte José Coronado, con otro Goya en su carrera profesional, añade: «Una carrera continuada es el mejor premio. Que te den trabajo».
Con muchas esperanzas puestas en la acogida que la serie tendrá con el público, José explica: «Es de Oriol Paulo y nada es lo que parece, un rompecabezas y esta es una de esas, es difícil contar algo. Yo creo que lo va a reventar en todo el mundo, tiene una factura impresionante y un casting acojonante».
Recurriendo a su sentido del humor, Mario bromea sobre salto del tiempo que se produce en la serie explicando que lo han solucionado con «la máquina del tiempo de Netflix». Reconociendo que es un actor muy metódico que no termina de abandonar su personaje cuando sale del set de rodaje, Mario explica: «Los personajes hasta ahora han forzado un poco mi personalidad. Soy la suma de todos los personajes que he hecho hasta ahora. Depende del día me levanto con un personaje u otro».
Sobre cómo ha sido su vuelta a Los Hombres de Paco, Mario reconoce que lo ha disfrutado mucho: «Ha sido muy divertido encontrarme con todos. Para preparar el personaje vi algunos capítulos. La vuelta ha sido espectacular, están haciendo algo muy chulo, pillar la esencia de ese chaval de hace 10 años ha sido muy divertido» reconoce.
Acordándose de un incidente que vivió cuando era muy joven, Coronado explica cómo fue tirarse en paracaídas y que no se abriera: «Después de una noche de juerga nos fuimos a saltar en paracaídas. Yo dije que quería abrir yo el paracaídas y hubo un demente que me dejó tirarme. Cuando me tiré no se abría, tuve un minuto y pico en caída libre, tres o cuatro segundos más de apertura y no estoy aquí».