Dulceida desvela en «El Hormiguero» la extraña ‘manía’ que arrastra desde pequeña

Anoche Dulceida acudió a El Hormiguero de nuevo para hablar sobre su trabajo como influencer y sorprender a sus seguidores con algunas de sus confesiones más íntimas. Con el apoyo incondicional de su mujer Alba entre el público, Dulceida reconoce: «Cuando yo empecé no había Instagram, empecé por Fotolog». Cuando Pablo Motos le pide que se defina en su trabajo, la joven comenta: «Dulceida es Aída Domeneq, que es la misma, soy creadora de contenido e influencer y me tiro todos los días pensando cosas nuevas y creando contenido».

Dulceida

Lanzándose al mundo de las redes sociales cuando ni si quiera existían, Dulceida recuerda sus inicios: «La primera vez que me pagaron por hacer un trabajo fue muy Pretty Woman aunque luego mi trabajo no es así pero esa vez lo disfruté muchísimo». Convertida en una de las mujeres más influyentes de nuestro país, Dulceida reconoce: «A veces prefiero que no me envíen tantas cosas, con tanto trabajo no me da tiempo a subir tantas cosas. Siempre me gusta lo que promociono, lo juro, eso mi público lo sabe y se nota».

Después de muchos años en esta profesión, la influencer asegura que para estar en redes sociales hay que tener una gran fortaleza y confianza en sí misma: «Para estar en redes sociales tienes que ser muy fuerte mentalmente porque estás todo el rato expuesta a la crítica, todos somos humanos y la cagamos, pero hay que tener responsabilidad». Tras haber formado una gran comunidad con sus seguidores a los que considera verdaderos amigos, Dulceida comenta: «Para mí mis seguidores son super importantes, han estado ahí en las buenas y en las malas, han estado más que mis amigos en algunas ocasiones». Con el sueldo de las ‘influencer’ como uno de los secretos mejor guardados por las protagonistas, la joven prefiere no mojarse pero explica: «Escuchas muchas cosas y he escuchado verdaderas barbaridades, nadie tiene el mismo precio, yo no sé lo que cobran compañeras mías».

Feliz también en el terreno personal gracias a su matrimonio, Dulceida recordó qué sintió el primer día que conoció a la que hoy en día es su mujer: «Siempre me he dejado llevar. Cuando la conocí me pareció muy guapa, no conocía muchas chicas lesbianas y dije qué guapa, yo noté algo porque lo dije de diferente forma. Un día mi madre me dijo te gusta Alba y dije ¿cómo?… finalmente me dejé llevar y fue maravilloso«. A pesar del éxito de su matrimonio, explica que la primera impresión no fue del todo buena: «La primera vez que nos conocimos me llevé muy bien con sus amigas pero ella llevaba el brazo enyesado y dije qué sosa. Ella dijo lo mismo. Yo nunca he ido detrás de nadie pero finalmente fue ella la que se lanzó».

Revelando algunas de sus intimidades, Dulceida reconoce que desde muy pequeña tiene una ‘manía’ que le ha acompañado hasta la actualidad: «Desde que nací me pusieron chupete y yo dije, el dedo, por eso tengo los dientes un poco salidos, me gustan, es parte de mí, de mi personalidad. con 31 años sigo chupándome el dedo». Con el futuro de las personas que se dedican a las redes sociales en el aire por la ‘caducidad’ de las modas, Dulceida tiene muy claro que su futuro seguirá relacionado con crear contenidos: «Yo llevo 12 años. Me veo siguiendo en redes sociales pero no tan a tope de trabajo. Yo tengo mi empresa, somos un montón de mujeres maravillosas y es mi futuro, podré dedicarle más tiempo a la empresa y compaginarlo con redes sociales».

Una de las primeras influencers españolas y de las más conocidas, ella es Dulceida, quien anoche en El Hormiguero no defraudó a sus fans. Con sus ya 2,8 millones de seguidores en Instagram y muchos proyectos de por medio, la influencer ha reconocido que no se volcará tanto en las redes sociales como siempre ha hecho.