El bailaor de flamenco Antonio Canales es el primer concursante confirmado de la nueva edición de Supervivientes 2021. Su larga trayectoria en el mundo de la cultura y las polémicas por las que se ha visto envuelto a lo largo de su vida le han dado el pase directo a Honduras. Para quien no le conozca, ha sido reconocido internacionalmente gracias a su mayor virtud, el baile. Además, ha protagonizado ciertas escenas que nunca querría haber vivido pero que, sin embargo, ha sabido cómo llevar la manera más elegante. Con cientos de defectos pero con algo especial que los altos mandos de Mediaset han sabido ver, se embarca en esta nueva aventura donde estamos seguros, dará mucho que hablar. Sobre todo por su fuerte vinculación con su amigo y compañero de profesión, Rafael Amargo, uno de los posibles participantes que hoy por hoy encabezan las quinielas.
1Una vida llena de éxitos en el mundo del flamenco
> De familia humilde de artistas, Antonio Canales comenzó en esta profesión con una estrella dentro de sí mismo. Desde muy pequeño se interesó por esta disciplina y una de sus primeras oportunidades llegaron del mismísimo Ballet Nacional de España. Su carrera siempre se ha desarrollado en solitario y hasta creó su propia compañía de teatro. Con obras como: «Torero», «Gitano» o «La Cenicienta, es uno de los bailarines más reconocidos en nuestro país y fuera de él. No en vano ha sido galardonado con numerosos premios, el más importante el Premio Nacional de Danza. Todo ello le otorgó una fama y prestigio internacional que también le harían alzarse recientemente en 2020 con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
El interés público que ahora genera su persona no viene de su propia mano, aunque aun se podría recuperar un personaje que dio mucho juego en televisión, sino de la de un buen amigo suyo, Rafael Amargo. Tras un tiempo alejado del foco mediático regresaba como nunca hubiera querido haberlo hecho, ya que se llevaban detenido a su compañero por un grave delito pendiente de reconocer. Fue un hecho que le pilló por sorpresa, totalmente desprevenido, pues no dudó en alzar la voz para afirmar que confiaba en él, puesto que no había visto nada. Pasa la página porque te desvelamos las palabras literales que acertó a pronunciar en aquellos instantes de nerviosismo.
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