Cósima Ramírez es una de esas mujeres que debemos de tomar como referente de moda. No solo porque lo ha mamado en casa desde pequeña sino porque es un libro andante. Su cultura, su prudencia y su timidez han hecho de ella una chica casi inaccesible. «Después de todo, los ordenadores se rompen, la gente se muere y las relaciones se terminan. Lo mejor que podemos hacer es respirar y resetear». Esta célebre frase de Carrie Bradshaw en uno de los capítulos de ‘Sexo en Nueva York’ podría ser aquello que probablemente han aplicado Pedro J. Ramírez y Agatha Ruiz de la Prada después de 25 años casados y un divorcio express que la diseñadora no se esperaba.
Él, reinició su vida enseguida con Cruz Sánchez de Lara, una mujer a la que todavía Cósima no conoce. «Esto pasa mucho con los señores, llega una cierta edad que se perdona un poco que pierdan la cabeza con tonterías. Qué se le va a hacer. Es lo que hay«, explicó la única hija del matrimonio en un evento al que acudió recientemente.
Diferente es su sonrisa, su gesto y su argumento cuando habla de la nueva ilusión de su madre, que se encuentra inmersa en una romántica aventura con el psiquiatra Juan Coullaut: «Tampoco diría que necesariamente ha recuperado una sonrisa por este psiquiatra, aunque nos viene bien, es muy oportuno, digamos. La verdad es que está mucho mejor, poco a poco».