Un año después de comenzar su relación – que no trascendió a los medios hasta el pasado mes de noviembre – Tamara Falcó e Íñigo Onieva atraviesan por el momento más dulce de su noviazgo y no dudan en presumir de su amor y su complicidad en cada una de sus apariciones públicas.
En medio de rumores de una inminente boda, y aprovechando para pasar todo el tiempo juntos que sus ajetreadas agendas profesionales les permiten, hemos podido ver a Íñigo ocupándose de las mascotas de Tamara mientras la Marquesa de Griñón asistía a misa.
Así, en ausencia de la socialité su novio fue el encargado de pasear a Jacinta y Vainilla – las dos queridas perritas de la colaboradora de El hormiguero – por los alrededores de la casa que Tamara posee en el centro de la capital y en la que cada vez pasa más tiempo con Íñigo.
Haciendo gala de la discreción que le caracteriza, el atractivo joven ha evitado hablar de su relación con Tamara ni responder a los planes de futuro que tienen después de un año de amor. Demostrando la timidez que le caracteriza, Íñigo tampoco se ha sincerado sobre las bonitas palabras que recientemente le ha dedicado su «suegra», Isabel Preysler, que ha asegurado que le cae fenomenal y le encanta para su hija.
Muy educado, el novio de Tamara dejó pasar a un vecino mientras escuchaba, pacientemente, las preguntas de la prensa. Lo cierto es que la pareja se muestra muy enamorada y se les ve cada día más unidos.