Tamara Gorro vuelve a ser noticia, aunque no por el motivo que le hubiera gustado. Hace unos meses abandonó su canal de Youtube, y todo hacía pensar que lo hacía para volver a la televisión por la puerta grande. Algunos medios especulaban con que iba a incorporarse de colaboradora en algún programa como Ya es mediodía o Sálvame. Durante un tiempo, fue una de las tertulianas más cotizadas de Telecinco, participó en varios realitys, y no había formato que se la resistiera. De hecho, llegó a trabajar una larga temporada con María Teresa Campos, en ¡Qué tiempo tan feliz! Pero, cometió un error imperdonable, y Mediaset la terminó dando la espalda. Se casó con el futbolista Ezequiel Garay, y aquello fue la excusa perfecta para desaparecer de los medios de comunicación. La falta de proyectos televisivos ha hecho que retome su antiguo oficio: las redes sociales.
1La gran solución para no caer en el olvido: convertirse en influencer
> Tamara Gorro empezó a trabajar en los medios de comunicación en 2010, en Mujeres y hombres y viceversa. Desde el primer momento destacó entre sus compañeros, y adquirió una proyección que la catapultó a otros formatos de Telecinco. Durante un tiempo, fue uno de los rostros más cotizados por la cadena, y trabajaba en los programas de máxima audiencia, como Enemigos íntimos o ¡Qué tiempo tan feliz! Sin embargo, su exceso de confianza la jugó una mala pasada y, poco a poco, fue perdiendo el peso que había ganado. Tamara desafió a una de las directoras de Mediaset, diciéndola en pleno directo que no quería usar pinganillo. Al terminar uno de sus programas, concretamente Enemigos íntimos, su responsable le dijo que no volviera más.
En 2012 se casó con el futbolista Ezequiel Garay y, la crisis profesional que estaba sufriendo, la obligó a seguir sus pasos. Tamara siguió trabajando en televisión, pero su presencia en los platós era cada vez más escasa. Ella misma explicó que, al mudarse a Rusia, para que su marido continuara su carrera deportiva, no le salía rentable volver a España cuando la invitaban a colaborar en algún espacio. “Tuve que dejar de ir, porque costaba más el traerme que el pagarme, y llegó un momento en el que yo trabajaba gratis”, comentó en una ocasión. Por ese motivo, se centró en un proyecto que la llenó de ilusión, y le permitió estar en contacto con sus seguidores: El gorro de Tamara, un canal de Youtube
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