Arantxa de Benito no está pasando por un buen momento. Diferentes vecinos han salido acusando a su hija Zayra de organizar, a diario y desde el mes de mayo, fiestas ilegales en su casa. En estas reuniones, según cuentan eran constantes los gritos, las peleas y las entradas y salidas de gente hasta bien entrada la madrugada. Además, se dice que la presentadora, intentando controlar así a su primogénita, permitiría estos «guateques» multitudinarios, en vez de imponer disciplina a la joven.
Zayra, de 20 años y una gran desconocida para todos nosotros a pesar de la fama de sus padres, ha sido descrita como una niña caprichosa y egoísta que estaría dispuesta a todo con tal de alcanzar notoriedad y salirse con su objetivo, incluso a insultar a su madre, con quien la relación no es tan idílica como nos han hecho creer a lo largo de estos años.
Si ayer Arantxa, bastante afectada, salía al paso de la polémica asegurando que amaba a sus hijos y estos eran su prioridad, y desmentía que mantuviese una relación complicada con Zayra, hoy la ex de Guti ha preferido guardar silencio. Muda, la presentadora ha llegado a su casa sin pronunciarse sobre las últimas acusaciones de sus vecinos y sobre la descripción que diferentes amigos están haciendo de su hija en los últimos días.
Muy seria, Arantxa no aclara si tomarán medidas legales por todo lo que se ha contado sobre Zayra mientras su hijo Aitor, muy enfadado, ha dado literalmente con «la puerta en las narices» a la prensa, dando un tremendo portazo que demuestra que, aunque guarden silencio, esta polémica les está pasando factura.