María Teresa Campos ha visto como en apenas un mes perdía su programa, ‘¡Qué tiempo tan feliz!’ y veía como la mayor parte de su equipo, la productora del programa y la cadena encontraban en apenas unos días un sustituto en su misma franja: ‘Mejor imposible’ se llama el invento en el que Toñi Moreno y Boris Izaguirre conversarán cada sábado por la tarde con varios famosos sobre anécdotas de sus respectivas vidas.
No sabemos cómo le ha sentado la noticia a María Teresa, que ve como Telecinco incorpora a Toñi Moreno, a la que la malagueña dio trabajo en el fallido Cada día de Antena 3. Pero la presentadora ha ido haciendo su propia carrera, entre Canal Sur, TVE y Antena 3, y ahora ficha como estrella de Mediaset. También se mantiene María Teresa, recién renovada por tres años, pero la veterana comunicadora sabe que le prorrogan el contrato para convertirla en una nueva Belén Esteban, no para encargarle proyectos de altura.
Porque ese tiempo ya pasó y Moreno la relevará. Y se conocen: Toñi se presentó sin suerte a un casting de ‘Pasa la vida’ en TVE y más tarde María Teresa la ficharía para Antena 3, donde ocurrieron anécdotas tan reveladoras como la que contó Toñi en Historias de la tele: «Yo le llevaba el guion de la actualidad. Yo sabía en ese momento que lo que le estaba entregando era una mierda. Y decía: ‘A ver si no se da cuenta’. Ella, por supuesto, tardó tres segundos en darse cuenta de que lo que yo le plantaba encima de la mesa no había manera de defenderlo. De repente, yo me voy a coger otro guion, ella se quita un zapato y me lo tira. Lo tiraba por desahogarse y la casualidad es que me da. Entonces, cuando ella ve que me ha dado, se le cambió la cara y me dio un abrazo y ya está».
Jesús Mariñas recuerda esta semana en ‘Tiempo’ que María Teresa sigue sin reponerse del fichaje de su novio por ‘Supervivientes’ y le recomienda la última obra de Vargas Llosa, Ingobernable: «La Campos, aprovechando que Bigote inicia concurso, sigue molesta porque su amor participe y sabe lo que se avecina. Se refugia en su Málaga, donde algún día proyecta retirarse “a un chalecito con jardín”. No le basta con el pisazo mirando al mar que tiene en el paseo marítimo. La distancia como olvido, sigue fiel a su costumbre de procurar no saber posibles críticas. “Así vivo mejor”, justifica semejante postura. Pasa de lo bueno y de lo malo. Firmó gordo contrato de “larga duración” con Tele-5 y queda a la doble espera: la de reanudar contacto con el público incondicional y dispuesta a ser chica de la Cruz Roja y curar las heridas que sufra Bigote en esa ya enconada batalla de la isla. Quizá la Campos se asombre con Ingobernable, algo que muchas harán durante estas Pascuas. Sus 16 capítulos dejan a uno sin respiración ni tregua, en una combinación perfecta que hace desear algo parecido en España. Habrá que atarse los machos como zapateramente lo han hecho cinco populares en auténtica casualidad».