La reina Letizia ha cambiado mucho físicamente a lo largo de los años, eso es indiscutible, y a pesar de que desde la Casa Real solo han reconocido una rinoplastia, y por un tema de salud, queda claro que ese no es el único retoque que se ha hecho nuestra reina. Un tema que lleva muchos años en el ojo público, y que una polémica imagen que ha subido recientemente la periodista Carme Chaparro, ha vuelto a sacar a debate.
Un más que polémico pasado
> Poco queda de aquella Letizia Ortiz de 2003, tímida, pero con carácter, y capaz de mandar callar al mismo principe Felipe en plena rueda de prensa durante el anuncio de su compromiso. Algo, que dejó a todo el mundo sin palabras, y que la convirtió en ‘non grata’ de cara a su familia política. Ellos no terminaban de aceptarla, porque a parte de ser del pueblo, Letizia traía consigo un pasado que podría causar problemas: un matrimonio fallido, una familia desestructurada e incluso un posible aborto.
Nada iba a favor de la que hoy es reina de España, y sin embargo, se ha convertido en todo aquello que le dijeron que no debía o podía ser. Incluso ha trabajado en su propio físico hasta llegar a la perfección, además de en el carácter y personalidad, cosa que parece querer transmitirle a sus hijas: Leonor y Sofía.
Una imagen siempre pulcra, perfecta, aunque sin poder controlar el carácer, algo que sigue jugando en su contra. ¿Y es que quién ha conseguido olvidar esa reacción de Letizia contra la reina emérita Sofía en plena misa de Pascua? Por no hablar de diversos desplantes a sus suegros o a su propio marido. De lo que no cabe duda, es que Letizia no necesita gestos para transmitir su estado de ánimo, porque es demasiado transparente.
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Su gran cambio físico
> Su aspecto forma parte de lo que quiere transmitir, y ella lo tiene bastante claro. La reina es tan exigente que no acepta otra cosa que no sea la perfección en cualquier ámbito de su vida. Es justo por ese motivo por el que en 2008 decidió someterse a una rinoplastia, aunque la cosa no quedó ahí. Constantes tratamientos de belleza, pómulos marcados, sonrisa perfecta y párpados sin imperfecciones: la reina tiene absolutamente cualquier mínimo defecto de su rostro bajo control. Además, también podría ser más que evidente un posible aumento de pecho, además de su comentada extrema delgadez, la cuál muchas veces ha sido criticada. Sin embargo, queda claro que Letizia se cuida y sigue una férrea dieta para lucir siempre perfecta, ¿hasta rozar la obsesión?
En más de una ocasión se ha hablado de que Letizia se ve reflejada en sus hijas, y sobre todo, en Leonor, a la que siempre procura que se la vea, de igual forma, impoluta en cualquiera de sus apariciones: desde el aspecto físico, a cada uno de sus estudiados gestos de cara al público. ¿Pero hasta que punto? Se sabe que a reina es muy exigente con sus niñas, tanto que se la ha tachado de demasiado estricta. Rutinas ferréas de estudio, protocolo, y poco tiempo libre para disfrutar y ser simplemente dos adolescentes.
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Un antes y un después
> Letizia sufrió el peor golpe de su vida en 2007, cuando su hermana Erica se suicidó dejando a toda la familia destrozada, algo que podría haber agriado el carácter de la regente para siempre. Letizia era muy abierta en su faceta de periodista, y lo cierto es que nunca perdía la sonria. Sin embargo, a partir de ese fatídico día algo se rompió en ella y no ha vuelto a ser la misma. La reina se volvió hermética incluso con su propio marido, con el que ha tenido varias crisis a lo largo de los años, algo siempre llevado de puertas para dentro. De hecho, la última y más grande pudo tener lugar esa Semana Santa cuando Letizia tuvo un enfrentamiento público con su suegra, la reina Sofía, y tras el cuál huyo a Madrid a pasar el verano. «Ella regresó a Madrid dejando a la familia, suegros y cuñados, con un palmo de narices».
Al igual que la situación de Iñaki Urdangarín, lo cuál requebrajo para siempre las relaciones entre los miembros de la familia real y que a día de hoy siguen sin recomponerse.
También el comportamiento del rey emérito, don Juan Carlos, ha podido pasar factura al matrimonio, ya que en muchas ocasiones Letizia se ha visto vapuleada en la prensa con la posible intención de cubrir las indiscreciones de su suegro. Aunque, ahora que éste ha huido a Abu Dhabi tras el escándalo financiero en el que se ha visto involucrado, a pesar de que la familia real esté atravesando su peor crisis, no ocurre lo mismo con la relación de los reyes, quiénes parecen más unidos que nunca ante la adversidad y decididos a limpiar la imagen de la corona.