Hace justo una semana llegaba el gran día para todo el equipo de ‘Sálvame Deluxe’. El programa se reinventaba en la noche de los sábados bajo el nombre ‘Sábado Deluxe’ tras las audiencias inestables de los últimos meses en su día de siempre, el viernes. Esta nueva versión nació con nuevo decorado, aunque similar al anterior, la visita de perfiles diferentes a los que estábamos acostumbrados e incorporando una sección de debate.
Lucía Bosé se sinceró en el programa al hablar de la muerte de su nieta Bimba Bosé y a la vez hizo un canto a la libertad y a su manera de vivir la vida calificando a la familia de ser un coñazo y quejándose de las críticas que hablaban del porqué no había ido al funeral de su nieta. Ella confesaba que el dolor lo tiene en su casa y no lo tiene que ir enseñando públicamente y que después de un mes de encierro ya se ha recuperado del duro golpe.
En esa misma noche Alonso Caparrós confesaba su adicción a la cocaína durante muchos años haciendo unas declaraciones de lo más impactantes cuando nos contaba que llegaba a soñar con montañas de cocaína o que llegó a estar al borde de la muerte hasta en tres ocasiones y que su familia tuvo que ir a buscarle a prostíbulos en muy malas condiciones.
A esto se sumaba el Ken humano y un debate sobre malas madres tras las polémicas de Samanta Villar y Soraya. Con este plantel parecía que el programa podría volver a funcionar de nuevo, pero Jorge Javier Vázquez estaba muy preocupado por el dato de audiencia: «Domingo por la mañana. Qué mal he dormido. He tenido pesadillas con la audiencia de ‘Sábado Deluxe‘. Soñaba que teníamos un 7 que es un dato desastroso», explica el presentador en la revista Lecturas.
Pero parece que finalmente los sueños de Jorge no son premonitorios y se llevó una buena alegría: «A las diez menos cuarto de la mañana ya estaba con el móvil en la mano esperando el dato. Qué mal se pasa durante esos momentos previos. A las diez en punto, una alegría: nos estrenamos siendo líderes«.
Pero Jorge Javier es de los que no se confía y está pendiente de darlo todo semana a semana y sabe que no puede bajar la guardia: «Sé que el próximo domingo a estas horas también estaré desquiciado. Es lo que toca hasta que el programa se afiance en su nueva ubicación».
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