Xavier Sardà explicaba esta semana en el programa Hora Punta su recuerdo sobre Crónicas Marcianas, que en unos meses cumplirá el veinte aniversario de su estreno. El presentador rememoró ante Javier Cárdenas sus buenos recuerdos sobre el late-show, intentando como siempre separar al éxito marciano de la etiqueta «telebasura». Ahora no le conviene que le canten las verdades del barquero a Sardà, millonario gracias a Marte y reciclado hoy en día como tertuliano cumplidor.
Las leyendas que persiguen a un fenómeno como Crónicas Marcianas son varias y se pueden resumir en tres: sexo, drogas y rock & roll. Cárdenas lo recordaba así en una entrevista para Vanity Fair: «Era muy rock and roll star sabiendo que no lo eras. Hubo gente, como alguno de Gran Hermano o Coto Matamoros, que se creyó que esto iba a durar toda la vida. Y gente como el propio Sardà o Latre que tenían los pies mucho más en el suelo». El ex reportero también desmitifica el carácter de Coto Matamoros: «Una noche Sardà dijo que no quería oír más insultos en la mesa, que quería que la gente argumentase. Entonces empezó el programa y al cabo de nada Coto insultó a Carmen Hornillos. A Sardà le cambió la cara y escribió en la pizarra que tenía con realización: “Me voy a publicidad”. Total, nos fuimos a publicidad, estaba en mi camerino con Deltell y empezamos a escuchar unos gritos que parecía que alguien llevaba un megáfono. Nos miramos congelados, abrí la puerta y vi a Sardà a un centímetro de Coto Matamoros. “Eres un hijo de puta”, “me cago en tu puta madre”. Y a Coto diciendo: “No me chilles delante del equipo”».
Eva Tobar. subdirectora de aquel éxito, cree que las polémicas que salpicaron al programa tenían en el fondo un componente teatral: «De toda la gente que pasó por Crónicas no te puedo decir nadie con quien hubiera una mala relación. Incluso con Aída. Los jueves todo el equipo nos íbamos a tomar una copa a Luz de gas. La gente flipaba porque veía a Kiko o a Mila, que se habían estado diciendo cuarenta mil cosas una hora antes, compartiendo mesa tranquilamente. Formaba parte del trabajo. Coto es un tío muy inteligente, tiene su carácter como lo tenemos todos, pero nos llevábamos muy bien».
Pero Eva también recuerda los famosos infartos a Coto Matamoros, que admitió haber tomado grandes dosis de droga: «Tras la primera entrevista que dio Coto, cuando vino a hablar del libro La flor de Usera, la biografía de Mar Flores, le dio un amago de infarto. Tres veces he acabado en la Quirón con invitados de Crónicas (…) La leyenda de las drogas me hace mucha gracia porque te lo pregunta todo el mundo. Aquello no era el paraíso de las drogas, como mucha gente dice. Habría gente que se tomaba sus cosas, como en todas partes, pero yo no he visto absolutamente a nadie que lo hiciera. Lo sabrá cada uno, pero ese es uno de los grandes mitos que han corrido, como que si Sardà se acostaba con la mitad de las invitadas, que si había líos de faldas… De aquel programa salieron varias relaciones, lógico, pero eso son leyendas como tantas otras».
Hay otros compañeros que pasaron por el programa y que no guardan demasiado buen recuerdo. Es el caso de Kiko Hernández, Mila Ximénez o Jesús Mariñas, que tras ser fichado se negó a salir al plató viendo cómo funcionaban las reuniones previas al show. Rosario Pardo, que fue una de las humoristas del programa, lo recuerda como «machista»: «Trabajando se notaba, porque los guionistas también eran cuatro tíos. Llegó un momento en que discutía mucho con los guiones porque me parecían machistas. Al final también tuve mis roces con Sardà. ¿Siempre tenemos que poner a las tías feísimas, con las piernas llenas de pelos y las tetas enormes? Todo aquello me parecía una machistada. Hacíamos el ridículo, pero sólo las mujeres. Y había mujeres maravillosas trabajando allí, pero las cabezas pensantes eran tíos».