Belén Esteban celebra sus 47 años en uno de los momentos más tranquilos de su vida. Sin polémicas ni frentes abiertos, la colaboradora está más enamorada que nunca de Miguel Marcos y muy unida a su hija Andrea, a la que ha conseguido mantener en el ansiado anonimato que la joven reclamó al cumplir los 18 años. Feliz en su trabajo, la colaboradora está manteniendo un perfil bajo en Sálvame gracias a la ausencia de las agrias polémicas que antaño la acompañaban semana sí y semana también.
Con una economía más que saneada después de haber vendido, recientemente y por una elevada cantidad, la casa que perteneció a Toño Sanchís y que Belén adquirió en subasta pública para intentar recuperar lo que su exrepresentante le había «robado», sólo un sueño le queda a la de San Blas por cumplir.
Un embarazo muy deseado que, por el momento, parece que no llega. Enamoradísima de Miguel, con quien este verano celebró su primer aniversario de boda, la colaboradora nunca ha ocultado que le encantaría ampliar la familia. Una vez solucionados sus conflictos judiciales con Toño Sanchís – de los que Belén ha salido victoriosa, aunque todavía quedan cosas por salir, como ella misma ha confesado – la «Princesa del pueblo» ha declarado, en más de una ocasión, que están a la búsqueda del bebé, pero que, al ser paciente de riesgo por su diabetes, se lo está tomando con calma.
¿Vendrán los 47 años de una de las colaboradoras más queridas de la pequeña pantalla acompañados de su primer hijo en común con Miguel Marcos, de quien la de San Blas ha asegurado que no tiene dudas que será un padrazo porque ya lo es con su hija Andrea, de 21 años? Sin duda, sería el mejor regalo de cumpleaños para una Belén a la que, en su mejor momento, pocos sueños le quedan por cumplir.