Irene Rosales ha estado confinada, y en aislamiento, durante las últimas dos semanas, después de dar positivo en Covid-19. Afortunadamente, la sevillana – que cogió el virus mientras cuidaba de su padre, ingresado en una residencia cercana a su domicilio – pasó la enfermedad de modo asintomático. Así que, una vez pasado el periodo de cuarentena obligatorio y, tras dar negativo en la prueba PCR, la mujer de Kiko Rivera vuelve a hacer vida normal.
Con muy buen aspecto, y acompañada por varios familiares, hemos podido ver a la nuera de Isabel Pantoja saliendo de su domicilio en la que ha sido su reaparición tras quince días de aislamiento. Muy discreta, Irene nos ha contado que se encuentra «muy bien» pero ha preferido no hablar de la guerra que Kiko mantiene con su madre ni aclarar por qué su marido ha confesado, a través de su cuenta de Instagram, que está dispuesto a tumbar a quien haga falta con tal de que se descubra la verdad y se respete la última voluntad de su padre, Paquirri.
En una postura complicada, y pese a que ha intentado mediar entre madre e hijo, la sevillana habría tirado la toalla a la hora de intentar un acercamiento entre Kiko e Isabel Pantoja, cuya relación pasa, sin duda, por su peor momento.