Lucía Pariente cerró los casi ocho años del periplo del Deluxe en las noches de los viernes, tan solo una semana antes del reciclaje del programa en las noches de los sábados con un aroma que recuerda a La Noria. La madre de Alba Carrillo intentó defender las incoherencias y excesos verbales de su hija contraatacando a su mayor azote: Kiko Matamoros.
El tertuliano ha utilizado en las últimas semanas su posición privilegiada como amigo o conocido de Fonsi Nieto y Feliciano López para torpedear el discurso de la modelo. Y Lucía se vengó a su manera, dejando en el aire que los argumentos de Matamoros no tienen validez por un supuesto problema del ex manager de Carmina Ordóñez con las drogas.
«Feliciano la llamaba Macoca«, señalaba con mala baba y con ganas de provocar grietas entre amigos la citada entrevistada. Pero Kiko afirmó no creerla, pese a que el colaborador se llevó un duro golpe por parte de sus jefes, que decidieron emitir unas imágenes en las que Lucía Pariente arremetía contra él en la pausa publicitaria.
Los dardos de la madre de Alba Carrillo tuvieron dos direcciones: Kiko Matamoros, al que supuestamente vio en malas condiciones, «él ni se acuerda», en la gala musical Starlite de Marbella. Y Makoke, que supuestamente «besó el suelo» de un baño al encontrarse indispuesta. El tertuliano no evitó el debate, pero le intentó quitar hierro: «Que esta señora me llame drogadicto me pone una medalla».
Esta revista se ha puesto en contacto con Makoke, esposa de Kiko Matamoros y aludida directa de Lucía. En un tono cariñoso y educado como siempre, Makoke ha declinado hacer ningún tiempo de declaración. Alega que «no ha visto nada y que le han contado poco» por lo que prefiere evitar el tema y no opinar. Lucía, tildada por su enemigo de «difamadora profesional», también tuvo tiempo para dejar caer que los amigos de Feliciano y el propio tenista también coquetean con el vicio, al menos en su despedida de soltero: «Yo creo que allí hubo algo más que alcohol. Había pijamas por todas las camas de las casas. Fue un despelote total». Y continuó cargando contra el deportista: «Yo no me escandalizo porque haga tríos o no. Pero cuando alguien te proponen cosas que no eres capaz de hacer, te lo está haciendo por maldad o falta de respeto. No se hacen proposiciones que sabes que no quieren. Había desprecios en la última etapa casi a diario.Delante de mí, la madre de Feliciano la llamó tonta a las tres, era muy humillante. Sin que mi hija lo sepa, mi marido y yo nos hacemos señas de alegría cuando nos enteramos de que ha perdido algún partido».
No es la primera vez que Kiko Matamoros recibe acusaciones de este tipo. Hace unos meses la propia Belén Esteban lo insinuó, pero fue en 2012 cuando Coto Matamoros lo acusó incluso de participar en una operación de tráfico de drogas: «Para que ese momento sucediera, tuvo que ir primero Kiko a Bolivia a comprarla (la droga) poner el dinero, luego uno que vino de Brasil, que no se atrevió y luego el que me amenazó (…) El cerebro y el socio ponedor de la cocaína fue él. Yo fui el tonto a las tres que pasó la cocaína. Lo hice porque le quería. Ahora ya no le quiero. (…) Es un absoluto psicópata. Que Makoke (pareja de Kiko) se vaya con él si quiere. Yo nunca he querido estar con Makoke. Antes era muy guapa ahora está destrozada. Un día por la noche, en Marbella, me propuso que la violara».
En muchas ocasiones Kiko Matamoros se ha prestado a ejercer de controvertido polemista para el beneficio de sus bolsillos y para desgracia de su imagen. Quizás el que más conoce al colaborador de ‘Sálvame’ y el que más daño le ha hecho es su hijo Diego, que le lanzó en Lecturas acusaciones gravísimas: «Mi padre es un tipo muy difícil, es un machaque continuo vivir con él. No sé si es violento, pero es maltratador psicológico. Me ha machacado a mí, a mi madre, a mi hermana mayor, a todos…». Quizá sea por estas y otras acusaciones por lo que Matamoros se negó a dar la mano en directo a su hijo en el último ‘Deluxe’ al que su vástago acudió junto a su hermana Laura.
Pipi Estrada también ha tenido palabras muy duras contra Kiko Matamoros, al que no soporta desde que fuese apartado del programa: «Elegir el peor colaborador, lo veo complicado. Meto a todo el grupo en el mismo saco porque no se puede ir de profetas en la tierra y dando lecciones de comportamientos y moral cuando queda demostrado que eres un padre miserable, un ciudadano con delitos y un tirano con el débil y pelota y arrastrado con el fuerte. De esto, hay varios, pero principalmente el hombre adicto a las operaciones y otras cosas que no dignifican al ser humano. A Kiko Matamoros lo definiría como un delincuente protegido en la televisión. Te lo definiría de la siguiente forma: si Kiko fuese juez, a la víctima la metería en la cárcel y al asesino le diría: ‘este es mi número de cuenta corriente’. Creo que te acabo definir cómo es: un verdadero corrupto».
Belén Esteban hace unas semanas insinuaba que Kiko Matamoros defendía a Toño Sanchís por su oscuro pasado en común: «No me fío de ti, porque tú sabes la verdad y te calles por vuestros tejemanejes cuando eráis socios». Kiko no se cortó entonces: «Tienes la lengua muy larga. ¿Qué tejemanejes? Te estoy invitando a decir qué tienes. Lo que pasa es que no soy un pandillero y no comulgo con ruedas de molino. Tu problema es tu problema y te pido que lo resuelvas en Juzgado. He estado meses aguantando insinuaciones». Al carro de esta acusación se unió Anabel Pantoja, a quien Matamoros siempre ataca con temas relativos al caso de su tía Isabel, quien fue condenada a dos años de prisión por blanqueo de capitales.
Su hermano Coto tampoco se ha cortado a la hora de linchar a su hermano, en este caso incidiendo en sus numerosas operaciones estéticas: «Lleva más operaciones… Te da idea de la personalidad del tipo este, que es incapaz de aceptar ni el paso del tiempo. Que yo sepa en la cara ya se ha hecho 6 operaciones, liposucciones creo que tiene cerca de 30, empezó hace unos 10 años. Lo último que se ha hecho son las cejas esas que se ha puesto, yo creo que le opera el enemigo. Makoke también se ha operado, pero el cerebro no puede».
Mila Ximénez, con la que tiene una relación de amor y odio, le acusaba de haber echado de mala manera a su hija Laura de su casa: «No me obliguéis a contarlo y relájate, que luego vienen los comentarios que vienen. Que yo no tengo papelitos por ahí». Mila Ximénez adora a Kiko Matamoros y el sentimiento es mutuo. Ambos lo han manifestado en infinidad de ocasiones pero la sevillana tiene un especial resentimiento contra la esposa de Kiko, Makoke. Muchos la acusan de ser la mano que mece la cuna pero nos cuesta pensar que un hombre con los reaños y la altura física y psíquica de Kiko Matamoros se deje influenciar por nadie. Y si lo hace, no deja de ser por su pareja desde hace casi 20 años, que digo yo, que tampoco lo querrá mal.
Belén Esteban por su parte insinuó algunas adicciones de su compañero: «Preocúpate tú de cuando salías con Toño y a dónde ibas con él. De eso es de lo que te tienes que preocupar (…) A ti te dejan, la tienes más grande que yo, la nariz. Madre mía, qué sinvergüenza». Belén Esteban no es la de antes. Ahora tiene un poco más de control sobre sí misma y menos incontinencia verbal pero esta acusación no solo es trivial y abyecta sino que además estuvo absolutamente fuera de lugar.
Lydia Lozano, por último, insinuó que las fotografías de reconciliación con su hija Laura que se publicaron hace unas semanas en una revista eran un montaje: «Es mucha casualidad que se dejen ver en un ventanal de Madrid, por lo cual todo indica que es un pactado o al menos consentido. Diego Arrabal por su parte apuntó que «hay beneficio económico para los dos. Me consta». Las mencionadas fotos -de las que se crearon dos días de contenidos y debates encarnizados- tuvieron lugar en el restaurante que regenta el novio de Laura M. Flores, lugar al que acuden asiduamente muchas caras conocidas del Universo Sálvame.