Si hay algo que más desee Iñaki Urdangarin en estos momentos es que su paso por la prisión se acabe cuanto antes, lo que no sabe es cuánto tiempo le puede quedar viviendo entre rejas. El marido de la Infanta Cristina está viviendo una situación que jamás nunca antes imaginó y lo cierto es que le ha pasado factura en todos los sentidos ya que, físicamente, está muy desmejorado. Pero como todo, lo más importante no es el exterior, sino el interior, y a juzgar por su rostro, no está nada bien psicológicamente.
El marido de la Infanta Cristina sigue con su voluntariado en el centro Don Orione, algo que llegaba a su vida como respirar aire fresco y que le servía de desconexión semanalmente, pero que ya, como todo en la vida, le supone un hecho rutinizado.
Siempre con el rostro serio y sin ganas de hacer ninguna declaración a la prensa, Iñaki Urdangarin llegaba este miércoles al centro Don Orione y mostraba una cara más amable al pronunciar a toda la prensa que se encontraba en las inmediaciones: «Hola, buenos días».
Recordemos que hace pocas semanas le comunicaban el rechazo a obtener el tercer grado penitenciario y a disfrutar de un fin de semana libre cada mes, algo que sentó como un jarrón de agua fría no solamente al exjugador de baloncesto, sino a toda la familia, que no hace otra cosa que pensar cuánto tiempo le queda al patriarca de la familia para salir de esa prisión que le está quitando años de vida.