Son tiempos convulsos para el jugador de fútbol Lucas Hernández y su (¿ex?) pareja, Amelia de la Ossa. Hace aproximadamente tres semanas, la pareja se enzarzó en una brutal pelea que acabó con intervención policial y la solicitud de siete meses de prisión para él y seis meses para ella por parte de la Fiscalía. El juicio ha tenido lugar esta misma mañana, 21 de febrero, en los juzgados de Majadahonda, coincidiendo, casualmente con el partido de Leverkusen-Atlético de Madrid que se jugará esta noche en Alemania. La Fiscalía ha rechazado el pacto de la defensa y mantiene la petición de prisión para el jugador de fútbol Lucas Hernández, para el que solicita siete meses de privación de libertad por un delito de violencia de género y cuatro meses para su pareja Amelia de la Ossa Lorente por un delito de maltrato en el ámbito familiar, además de dos meses más por un presunto delito de daños en el vehículo del futbolista.
Mientras que la justicia está haciendo su trabajo, Lucas hace el suyo. Y no, no nos referimos a coger un avión privado y volar hasta la ciudad alemana de Leverkusen para demostrar su maestría con el balón en el partido de Champions League que se celebra hoy. Hernández está en la lucha por la reconquista de Amelia como si se tratase de la mismísima Granada. Esta revista ha podido saber en primicia que los mensajes por parte de Lucas no cesan. El joven llora amargas lágrimas, le pide perdón mil veces, le implora volver con ella pero Amelia se mantiene regia y firme ante la decisión de separarse del hombre con quien se tiene que ver próximamente en los juzgados por agresión mutua. Se conoce que ella ha estado todo el fin de semana con una amiga entre terapias y confesiones. Él ha intentado estrechar lazos con ella, eso sí, de manera fallida porque de momento por parte de Amelia no existe la posibilidad de un retorno. La joven asume parte de la responsabilidad sobre lo sucedido y se siente avergonzada ante su familia, que por supuesto, la apoya en todo esto. Lejos de causar una profunda decepción a quienes hasta ahora la han secundado y defendido, ella prefiere mantener distancias-intermitentes según nos cuentan fuentes cercanas a la pareja- pues todo apunta que, una vez haya pasado la tormenta mediática, las aguas volverán a su cauce y la pareja se reconciliará como si todo esto tan solo se hubiese tratado de un mal sueño.