No corren buenos tiempos para el Deluxe. El hermano mayor de Sálvame logró el pasado viernes un 13,3% de share, cifra que supone el peor dato del programa desde mayo de 2013. Había tensión en el programa conscientes que su competidor directo, Tu cara me suena, celebraba en directo su primera semifinal. Y el saldo fue desastroso: Manel Fuentes superó los tres millones de espectadores, alcanzó un espectacular 24% de share y dejó atrás en más de diez puntos al programa de Jorge Javier Vázquez.
La oferta que había preparado La Fábrica de la tele parecía suculenta: el reencuentro entre Kiko Matamoros y sus hijos como entrantes, la vuelta de Aída Nizar como plato principal y una supuesta infidelidad al «machito» del programa, Rafa Mora, como postre. Pero los espectadores desecharon la opción Deluxe, que contó con Laura y Diego Matamoros como primeros invitados. Los hijos del tertuliano acusaron de «golfo» y «ladrón» al representante Jorge Blanco, que el pasado viernes en Cotilleo anunció medidas legales contra ambos. Según ambos jóvenes, Blanco es el que les había prometido la luna con la idea que han deslizado en el último año: ambos tenían futuro en el mundo de la moda por lo que debían ser alérgicos de los platós más estridentes.
Laura cumplió en parte esta política, pero por fin se sentó en el Deluxe y asistió atónita como su padre rechazaba el abrazo de Diego, que rompió ante un silencio sepulcral una regla televisiva: no se habla de los amoríos de las estrellas de Mediaset, grupo que no había tratado en sus magazines la relación entre Sandra Barneda y Nagore Robles. Pero Diego utilizó como munición un aspecto: su ex manager se habría vengado de la ex granhermana llamando a Diez Minutos para que pusiese luz a su relación clandestina con la presentadora de El Debate de Gran Hermano VIP, ajena a la mercadería con sus intimidades.
La segunda línea roja la provocó, ¡cómo no!, Aída Nizar. La vallisoletana enumeró a los amigos que le habían ayudado a volver a Telecinco tras cuatro años de veto y Mila Ximénez le recordó su nombre omitido: Paolo Vasile. Jorge Javier Vázquez, con su habitual desparpajo, señaló que no estaba bien nombrar a «Dios». En la misma entrevista María Patiño se enfrascó contra Aída, que tras un par de envites observó extrañada como la periodista gallega bajaba el tono. Y Patiño no se calló: «Es que yo soy muy disciplinada y sigo las directrices». De la dirección, le faltó añadir. Tercera línea rota por el Deluxe al hablar de la trastienda del magazine. También Aída, con unos aires de grandeza rebajados por el aura de santa que se quiere aquilatar, protestó tras unos abucheos: «Fernando, deja de pedir que me abucheen». Esta alusión al regidor del plató no gustaría en la dirección del programa, incapaz de domar una noche que se le iba de las manos.
Aída, que podría volver a colaborar con el programa, dice que El Corte Inglés se ha inspirado en su eterno discurso ególatra para poner en pie su última campaña publicitaria y que no descarta dejarse representar por Toño Sanchís, tal y como adelantó Cotilleo. ¡Lo que nos faltaba por oír!