La sentencia con la que se ha cerrado el caso Noos ha supuesto un antes y un después para la Monarquía. Sobre todo en la imagen que ésta proyectaba dentro y fuera de España.
Hasta que se ha hecho público el fallo de los jueces, Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón estaban “simplemente” inmersos en un proceso judicial durante el que, en todo momento, defendieron su inocencia. Pero ya no hay opción. Iñaki ha sido considerado culpable y, como cabía esperar, la hija de los eméritos Juan Carlos y Sofía ha sido declarada inocente.
Pero lo único que no ha venido a cambiar esta sentencia es la maltrecha relación que existe entre Letizia, Felipe y su hermana Cristina e Iñaki. Hace mucho que dejaron de hablarse –incluso antes de que les quitaran el ducado de Palma- y la forma de comportarse de los padres de Leonor y Sofía ha marcado más aún esa distancia.
Y eso es algo que no perdona Cristina. Según ha podido saber Cotilleo.es, la mediana de los hijos de la Reina Sofía esperaba, al menos, que la ahora cabeza visible de la Casa Real se mantuviese en un discreto segundo plano mientras se hacía público qué pasaba con el Caso Noos.
Juan Carlos y Sofía no se dejaron ver en ningún momento; estaban cada uno por su lado, como es habitual, pero muy pendientes del estado de ánimo de su hija. Elena de Borbón se marchó a trabajar a Mapfre como habría hecho cualquier otro día, pero no dudó en llamar en numerosas ocasiones a Cristina para que ésta le llorase por teléfono –como hizo- y se lamentase de qué iba a ser ahora de su matrimonio y de ella sola con los niños.
Pero, ¿y qué pasa con Letizia y Felipe? ¿Qué es lo que no les perdona Cristina? Los Reyes de España habían programado para ese viernes, a la misma hora, un baño de multitudes. Uno que dejase bien claro que a ellos se les apoya y que los otros son considerados unos parias.
El último feo, desde el punto de vista de Cristina, que le ha dedicado su “adorada” Letizia. Una vez más, su cuñada se ha encargado de marcar las distancias y recalcar que hay una gran diferencia entre los padres de la Princesa de Asturias y su tía.
Letizia y Felipe buscaron dar en todo momento una imagen de normalidad mientras se daba a conocer la resolución del juez. Nada de esconderse. Así los Reyes presidieron la exposición ‘Obras maestras de Budapest: del renacimiento a las vanguardias,’ junto al presidente de Hungría, János Áder, y su esposa, Anita Herczegh. Se pasearon tranquilos, sonrieron y posaron para las fotos. De lo demás, ni hablar,
Pero para Cristina ha sido una puñada trapera. Un feo de notables dimensiones que, aunque se sume a otros muchos, no está dispuesta a perdonar. Eso sí, pocas vueltas le da porque, ahora, tiene otros problemas en los que pensar. Pero tiene tiempo para orquestar algo más… aunque sea encargando, supuestamente, que alguien vaya filtrando ciertas informaciones sobre los que la han traicionado.