Adele se corona como reina de la noche en los GRAMMYs con decepción y lágrimas incluidas

La 59 edición de la gala de los premios GRAMMYs celebrada y emitida desde el Staples Center de Los Angeles, California, ha estado cargada de emoción, sorpresas y momentos musicales que permanecerán en el recuerdo y en la Historia. La ceremonia la abría Adele con su mítico tema ‘Hello’, un aperitivo delicioso que serviría de entrada triunfal y presentación al resto de actuaciones que tuvieron lugar durante las cuatro horas de emisión del programa.

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Performances de la mano de Ed Sheeran, que interpretó su #1 hit single Shape Of You, Katy Perry con el estreno de Chained To The Rhythm o Bruno Mars. Sin embargo, el mundo se paralizaba cuando llegó la reina de la noche. La Reina de la Música: Beyoncé. Embarazada de gemelos hacía una presentación espectacular rodeada de imágenes visuales y cantando las únicas dos canciones que le faltaba por cantar en directo en la era de Lemonade: Love Drought y Sandcastles, una preciosa balada, esta última, que dejaba sin aliento a todos los presentes.

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Los cuatro premios fuertes de la noche se repartieron de la siguiente manera:

  • Mejor Nuevo Artista – Chance The Rapper
  • Canción del Año – ‘Hello’ – Adele
  • Grabación del Año – ‘Hello’ – Adele
  • Disco del Año – ’25’ – Adele

Adele se coronó como la reina de la noche y ganó los 5 premios a los que optaba. Seguidora y fan acérrima de Beyoncé, le mostró su total apoyo desde que llegase a la alfombra roja. En su vestido verde oliva de Givenchy alta costura llevaba un broche con forma de limón, el icono característico del último disco de Beyoncé, Lemonade, que luchaba frontalmente contra ella por obtener el premio más importante de la noche: Disco del Año. Finalmente la británica ganó y en su discurso dijo «que ese premio no debería ser para ella sino para Beyoncé, quien verdaderamente creó el disco del año, Lemonade, mostrando una parte de sí misma que ninguno conocíamos y empoderando a todas las personas negras del mundo, luchando contra el racismo y por la igualdad de las mujeres». Beyoncé, entre lágrimas, se lo agradecía desde la primera fila y se quedaba, por segundo año consecutivo acariciando el Disco del Año, en 2015 arrebatado por Beck y en 2017 por Adele, quien se convierte en la primera mujer en la historia en conseguir el GRAMMY a Canción del Año, Grabación del Año y Disco del Año dos veces.

Los GRAMMYs quedaron repartidos de la siguiente manera:

Adele se corona como reina de la noche en los GRAMMYs con decepción y lágrimas incluidas

La Academia de la Música debería abrir un debate interno y pactar seriamente los minuciosos detalles con los que se seleccionan según qué ganadores de según qué premios. Los dos últimos discos de Beyoncé han cambiado el ritmo de la industria musical, las fórmulas de marketing y ventas, el día de salida y estreno de los álbumes a nivel mundial, el impacto en la cultura, la profundidad de los temas, la innovación en base a la creación de los conocidos ahora como álbumes visuales con contenido político, igualitario y cuyo mensaje, a través del idioma universal, la música, no es otro que el de reforzar a los segmentos marginados de la sociedad global. Esta ha sido la segunda vez seguida que, tal y como dijo el propio Kanye West, «los GRAMMYs han utilizado a una artista de la talla de Beyoncé para que den audiencia y prestigio con su presencia a este tipo de eventos promocionales y después, tras tenerlos allí, los humillan y los ningunean». Beyoncé merecía esta vez el Disco del Año por su masterpiece Lemonade, y no lo digo yo, lo dice la propia galardonada con el premio más glorioso e importante de la noche: Adele Adkins. «Una parte de mí ha muerto por dentro. Soy una fan de Beyoncé. Yo quería que ella ganase. Yo voté por Beyoncé», declaró Adele en la rueda de prensa tras recoger el GRAMMY al Album Of The Year.