Bárbara Rey, la mujer más buscada del momento, protagonista de la venganza de Letizia

El protagonismo que, con los años, ha ido logrando la antaño periodista Letizia Ortiz es una realidad más que tangible. Un saber estar y una forma de comportarse como Reina de España que, cuando la conocimos, muchos de sus detractores ni siquiera pensaban que llegase a suceder.

Sin embargo, como todo lo que emprende la madre de Leonor y de Sofía, doña Letizia ha logrado un sobresaliente en su forma de actuar como Reina al lado de Felipe VI. Conquistando, incluso, a ese eterno enemigo declarado que ha sido siempre Jaime Peñafiel y a pesar de ese «compi yogui» con López Madrid.

Y es que cuando a Letizia se le mete algo entre ceja y ceja no cesa en su empeño por lograrlo. Los que la conocen bien, y cómo han contado a Cotilleo.es, ya lo vieron cuando la ahora Reina de España trabajaba sin descanso en CNN o en Bloomberg TV y llegaba a pisar –se quejaban algunos de sus compañeros- los mejores temas informativos.

Letizia y Sofía

Sin embargo, aquella época micrófono en mano terminó y su despedida de los informativos de la noche de Televisión Española dieron paso a un duro camino como compañera del entonces Príncipe de Asturias, don Felipe.

El fuerte influjo que ejerce sobre su marido le permitió que éste se plantase y dejase bien claro a don Juan Carlos y a doña Sofía que no quería a otra mujer que no fuera Letizia Ortiz Rocasolano. Se casaron y, superadas muchas diferencias y ciertas peleas en público, parecen ahora de lo más felices; tan sólo había que verles en su última escapada como simples mortales para ver la película de moda, La La La, la ciudad de las estrellas.

Pero nada fue sencillo para Letizia en sus comienzos. No se lo pusieron nada fácil el llegar a donde está y, menos aún, formarse como Princesa de Asturias y futura Reina de España. Sonados han sido las malas caras y los rictus de amargura de doña Sofía –que al final claudicó ante su hijo favorito- o los comentarios despectivos de don Juan Carlos hacía esa divorciada que pretendía dar un sonado braguetazo.

Incluso, ya casados, el íntimo de Corinna zu Sayn-Wittgenstein y Bárbara Rey la “aduló”, según Andrew Morton en su libro Ladies of Spain, con frases como “No me gustas, pero haré de ti una reina” o “Letizia, ya sabemos que eres la más inteligente de la familia, pero, por favor, deja hablar a los demás.”

Unos desplantes para los que Letizia ha encontrado ahora la venganza perfecta. No ha tenido que orquestarla, le ha venido sola y, precisamente, servida en bandeja por las mencionadas Bárbara y Corinna.

Si doña Letizia logró librarse de Cristina de Borbón y de Iñaki Urdangarín, está a un paso de marcarse el mismo tanto con don Juan Carlos y gracias, precisamente, a la afición de éste por las faldas. El contexto ya lo tiene, ahora sólo le queda dar la puntilla final y devolver todos los desplantes vividos. Y, como diría José María Aznar, “estamos trabajando en ello.”