En muchas ocasiones Kiko Matamoros se ha prestado a ejercer de controvertido polemista para el beneficio de sus bolsillos y para desgracia de su imagen. Quizás el que más conoce al colaborador de Sálvame y el que más daño le ha hecho es su hijo Diego, que le lanzó en Lecturas acusaciones gravísimas: «Mi padre es un tipo muy difícil, es un machaque continuo vivir con él. No sé si es violento, pero es maltratador psicológico. Me ha machacado a mí, a mi madre, a mi hermana mayor, a todos…».
Pipi Estrada también ha tenido palabras muy duras contra Kiko Matamoros, al que no soporta desde que fuese apartado del programa: «Elegir el peor colaborador, lo veo complicado. Meto a todo el grupo en el mismo saco porque no se puede ir de profetas en la tierra y dando lecciones de comportamientos y moral cuando queda demostrado que eres un padre miserable, un ciudadano con delitos y un tirano con el débil y pelota y arrastrado con el fuerte. De esto, hay varios, pero principalmente el hombre adicto a las operaciones y otras cosas que no dignifican al ser humano. A Kiko Matamoros lo definiría como un delincuente protegido en la televisión. Te lo definiría de la siguiente forma: si Kiko fuese juez, a la víctima la metería en la cárcel y al asesino le diría: ‘este es mi número de cuenta corriente’. Creo que te acabo definir cómo es: un verdadero corrupto».
Belén Esteban hace unos días insinuaba que Kiko Matamoros defendía a Toño Sanchís por su oscuro pasado en común: «No me fío de ti, porque tú sabes la verdad y te calles por vuestros tejemanejes cuando eráis socios». Kiko no se cortó entonces: «Tienes la lengua muy larga. ¿Qué tejemanejes? Te estoy invitando a decir qué tienes. Lo que pasa es que no soy un pandillero y no comulgo con ruedas de molino. Tu problema es tu problema y te pido que lo resuelvas en Juzgado. He estado meses aguantando insinuaciones». Al carro de esta acusación se unió Anabel Pantoja, a quien Matamoros siempre ataca con temas relativos al caso de su tía Isabel, quien fue condenada a dos años de prisión por blanqueo de capitales.
Su hermano Coto tampoco se ha cortado a la hora de linchar a su hermano, en este caso incidiendo en sus numerosas operaciones estéticas: «Lleva más operaciones… Te da idea de la personalidad del tipo este, que es incapaz de aceptar ni el paso del tiempo. Que yo sepa en la cara ya se ha hecho 6 operaciones, liposucciones creo que tiene cerca de 30, empezó hace unos 10 años. Lo último que se ha hecho son las cejas esas que se ha puesto, yo creo que le opera el enemigo. Makoke también se ha operado, pero el cerebro no puede».
Mila Ximénez, con la que tiene una relación de amor y odio, le acusaba de haber echado de mala manera a su hija Laura de su casa: «No me obliguéis a contarlo y relájate, que luego vienen los comentarios que vienen. Que yo no tengo papelitos por ahí». Mila Ximénez adora a Kiko Matamoros y el sentimiento es mutuo. Ambos lo han manifestado en infinidad de ocasiones pero la sevillana tiene un especial resentimiento contra la esposa de Kiko, Makoke. Muchos la acusan de ser la mano que mece la cuna pero nos cuesta pensar que un hombre con los reaños y la altura física y psíquica de Kiko Matamoros se deje influenciar por nadie. Y si lo hace, no deja de ser por su pareja desde hace casi 20 años, que digo yo, que tampoco lo querrá mal.
Belén Esteban por su parte insinuó algunas adicciones de su compañero: «Preocúpate tú de cuando salías con Toño y a dónde ibas con él. De eso es de lo que te tienes que preocupar (…) A ti te dejan, la tienes más grande que yo, la nariz. Madre mía, qué sinvergüenza». Belén Esteban no es la de antes. Ahora tiene un poco más de control sobre sí misma y menos incontinencia verbal pero esta acusación no solo es trivial y abyecta sino que además estuvo absolutamente fuera de lugar.
Lydia Lozano, por último, insinuó que las fotografías de reconciliación con su hija Laura que se publicaron hace unas semanas en una revista eran un montaje: «Es mucha casualidad que se dejen ver en un ventanal de Madrid, por lo cual todo indica que es un pactado o al menos consentido. Diego Arrabal por su parte apuntó que «hay beneficio económico para los dos. Me consta». Las mencionadas fotos -de las que se crearon dos días de contenidos y debates encarnizados- tuvieron lugar en el restaurante que regenta el novio de Laura M. Flores, lugar al que acuden asiduamente muchas caras conocidas del Universo Sálvame.