Hace unos días Belén Esteban se dejó ver el el nuevo Chester de Risto Mejide, ante el cual no se cortó a la hora de abordar sin perder los nervios temas como el de su familia o su divorcio profesional con Toño Sanchís. Solo se la vio enervada en un solo instante: cuando señaló molesta que «algunos» decían que estaba acabada.
Y eso que el publicista le recordó la época cuando rompía audímetros con sus «belenazos». Pero ya no estallan los aparatos ante su sola presencia y sus entrevistas en el Deluxe poco a poco han sido relegadas a la franja de madrugada en vez de ocupar el espacio central del programa del viernes noche.
Pero Belén Esteban es consciente pese a la burbuja que le rodea, entre halagos de compañeros como Kiko Hernández o los directores de Sálvame, que ya no es lo que era. Esta situación la intenta aprovechar Toño Sanchís señalando que bajo su «tutela» ella era una estrella y ahora no lo es. Calla el manager la verdad: la dinámica negativa de Belén lleva avecinándose desde su salida de Gran Hermano VIP, concurso que ganó y reality-show que la alejó del pueblo que la hizo Princesa por sus evidentes pruebas de prepotencia y mala educación.
En Sálvame, conscientes de que la recuperación de Belén Esteban de sus adicciones aminora el «juego» que daba en televisión, muy macabro pensarán algunos, la han intentado reciclar sin suerte de presentadora de una sección de vídeos. Pero La Princesa del pueblo ya no es lo que era, y eso lo saben muy bien los responsables de Telecinco, que veían hace años como «su gallina de los huevos de oro» disparaba audiencias hablando, bailando, riñendo, respondiendo a preguntas de la calle o protagonizando reportajes sobre temas sociales. Cualquier cosa le valía….
Y ahora no vale todo, por eso Belén se ha querido poner la venda antes de producirse la herida y ha señalado que abandonará los platós cuando su horizonte económico se solvente. Recuerden que la de San Blas sigue hipotecada y además paga a plazos la deuda que contrajo con Hacienda de alrededor de 300.000 euros.
Pero Belén calla la verdad, mientras agita los brazos insinuando que le birló un millón de euros Toño Sanchís, recién expulsado de GH VIP para su regocijo, ya que se volvió a sentir poderosa por unas horas. Y la verdad suena como un run run en los pasillos de Fuencarral: La Fábrica de la tele ha negociado «a la baja» con ella, que ha visto como sus ingresos brutos por sus participaciones en la edición vespertina de Sálvame caían desde los 360.000 euros a no alcanzar siquiera los 300.000.
Es cierto que el recorte apenas lo notará en sus carnes, ya que ha decidido prescindir de manager por lo cual se ahorrará los 72.000 euros que facturaba Sanchís por esta partida. La productora se excusa señalando que todos los tertulianos han visto menguados sus ingresos, pese a los constantes desmentidos de Telecinco a través de su departamento de comunicación, pero sea como fuere Belén brilla menos que antaño pese a lo cual sigue siendo una de las mejores pagadas de la industria audiovisual nacional.