Gina Lollobrigida está atravesando una difícil situación. Los médicos hablan de graves complicaciones en su estado de salud que preocupan -y mucho- a los pocos que todavía sigue teniendo a su lado. Y es que el círculo de la octogenaria actriz, que siempre ha sido muy celosa de su intimidad, se ha reducido notablemente. Hace mucho que no mantiene relación con su hijo y tampoco con su nieto, con el que mantenía una relación muy estrecha. Prácticamente ahora se deja acompañar solo de Andrea, su secretario, de poco más de veinte años, a quien presenta como un alma blanca y misericorde.
Tanta entrega escama a algunos medios que, desde hace ya varios años, han puesto el acento en esta extraña amistad, cuyo nacimiento coincide con la expulsión de Javier Rigau, su último marido, con quien Gina llegó a protagonizar una exclusiva en Hola confirmando su enlace matrimonial.
Sin embargo, explican a esta revista que existe cierta preocupación por lo que pueda suceder tras el fallecimiento de la estrella internacional. Su enfrentamiento judicial con Javier Rigau no se ha resuelto en Italia y, si la resolución no llega para entonces -y es desfavorable para el catalán-, Rigau podría convertirse en uno de los principales herederos de Gina, pues pasaría a ser su viudo reconocido y, por tanto, se le adjudicaría parte de la masa hereditaria. En caso contrario, la batalla podría res