No es la primera vez que Paz Padilla se ve envuelta en un conflicto de estas características. Quizá no es tanto un conflicto como la consecuencia de una causa. La gaditana, a pesar de llevar el mismo tiempo que Jorge Javier al frente de Sálvame, no ha conseguido ganarse al cien por cien el cariño, y sobre todo, la confianza de sus compañeros. Jorge ejerce de dueño del cortijo pero les entrega bocanadas de aire fresco y un hombro donde apoyarse cuando los contertulios sufren los balazos de quienes por allí se lucen. Paz está acostumbrada a otra cosa. Ella es show. Una mujer de escenarios que cuando las luces se encienden actúa y cuando se apagan, desconecta. Por eso no es capaz de mimetizar y empatizar con unos compañeros que se dejan la piel en plató y se llevan los conflictos a casa. Cuentan que están realmente cansados de que la humorista recuerde constantemente que ella es quien allí tiene el cetro.
Que se hayan hecho públicos, Paz ha tenido conflictos con Mila Ximénez, Belén Esteban, Kiko Matamoros y según cuenta un compañero de trabajo a la revista Lecturas, la relación con Raúl Prieto, pieza importante de la cúpula de todo el entramado Sálvame, tampoco es que sea la mejor. Todo lo contrario que con David Valldeperas, al que considera íntimo amigo y quien acudió a su boda sorpresa en Zahara de los Atunes. Paz ha decidido contestar como solo ella sabe hacerlo. Prefiere dar promoción y publicidad maquillada de humor a la publicación que lanza esa presunta falacia antes que callar y hacer oídos sordos. Y es que cuando el río suena…