3 meses y un día han tenido que pasar para que Kim Kardashian-West vuelva a sus propias redes sociales. Recordemos que el motivo de abandono de estos canales online no fue otro que el shock provocado por el robo a punta de pistola que sufrió en su residencia de París el pasado 2 de octubre mientras disfrutaba de los desfiles de prêt-à-porter en la capital francesa. Año nuevo, vida nueva. Y es que la socialité se ha replanteado su modus operandi tanto en redes sociales como en el día a día. Su foto no es un selfie con gold fangs (dientes de oro) o diamond rings (anillos de diamantes) sino una instantánea mucho más austera, tranquila, cálida y familiar.
Bajo el título «family», Kim, con la estrategia muy bien planteada, muestra la feliz imagen de sus hijos, North de 2 años, Saint de 8 meses, y por supuesto de su marido Kanye West. Mata varios pájaros de un tiro acallando así los rumores que sostenían que el matrimonio estaba roto, que ya vivían oficialmente separados y que los brotes psicóticos del rapero desequilibraban a una Kim que seguía en tratamiento psicológico por el impacto de verse atracada en una habitación con cinco hombres armados. En apenas unas horas, la fotografía ha conseguido 3’5 millones de likes en Instagram y el vídeo de dos minutos en el que muestra su cara más familiar junto a Kanye y sus retoños, ha obtenido 8000 RT por hora. 2017, nueva foto de perfil, nueva Kardashian, nueva aplicación donde comprar todos sus productos. La nueva Kim, dispuesta a recuperar el dinero perdido. Y es que antes del atraco, Kim podía llegar a cobrar 300.000 dólares por post, algo que según D’Marie, empresa estadounidense que mide los impactos y el valor de los influencers, el caché de sus publicaciones podría haberse reducido a la mitad en los últimos meses.
https://twitter.com/KimKardashian/status/816465798755545088