Mila Ximénez es uno de los rostros más emblemáticos de Sálvame. Es pensar en el programa y visualizarla. Su estilo, irreverente e impredecible, cuenta con una legión de seguidores y también de damnificados. No son pocos los que se han ido llorando del plató por sus desmanes.
No obstante, hay quienes le plantan cara. Makoke la denunció por las barbaridades que sobre ella dijo cuando sustituyó a su marido como colaboradora. Sobre Belén Esteban se explayó cuando estaba concursando en GHVIP. Quizás fuera en venganza por lo sucedido cuando estuvo tres meses de vacaciones forzosas. ¿Eres fan de Mila Ximénez? Te aseguramos que habrás cambiado de opinión cuando leas nuestras diez razones para odiarla.
Más amarga que el limón, Mila cimenta su cetro de colaboradora en un pim, pam, pum del que pocos se salvan. Funciona por impulsos y cuando le da por alguien, cuidadito. La última de sus víctimas es Bigote Arrocet.
Sin apenas conocer al cómico, le está regalando todo tipo de calificativos y reflexiones que hacen palidecer al más pintado. A Makoke la dibujó como la malvada madrastra del cuento cuando estuvo colaborando en Sálvame. De hecho, la mujer de Kiko Matamoros la denunció. No está en su ánimo retirar la demanda. Si eres de los que te gusta su estilo, cuidado porque mañana te lo hará a ti.
En Supervivientes, Mila Ximénez demostró de qué pasta está hecha. En muy pocas ocasiones se mostró conciliadora. Sabe que su figura infunde respeto y de ahí que se desbocara en diferentes ocasiones. Y, cuidado, porque todos podemos perder las formas pero no soltar las barbaridades que ella soltó por la boca.
«No sé si eres tan buena o tan lista que no tienes ni una pizca de dignidad ni de orgullo. Te haces la gilipollas, la tonta y la buena porque eres muy lista. Lo que te importa es tu culo. Metes en remojo el culo de la gente para que se mojen por ti y lo haces llorando… En vez de llorar lo que tenías que hacer es defenderte y no delegar en otros para que te defiendan. Tienes 50 años, defiéndete”, son algunas de las perlas que le soltó a Yola Berrocal en el reality. Virgen Santa del Calmante Bendito, llévanos pronto.
Si algo llama poderosamente la atención en Mila Ximénez es su rasero a la hora de medir los temas familiares. Una tarde, montó en cólera contra la directora de Semana porque había publicado en la revista un paseo de ella con su hija y nietos.
Sin embargo, le pareció de maravilla que Alba fuera a verla a Supervivientes y también que protagonizara exclusivas en ¡HOLA! Pero, como su palabra es ley, nadie puede decir nada ya que saca las uñas y araña sin avisar. Sin duda, Mila es la ley del embudo, lo ancho para mí y lo estrecho para vosotros. Realmente, quienes la rodean harían bien en recomendarle que hiciera meditación para alcanzar el zen.
Mila Ximénez no soporta a Belén Esteban. Pasa el tiempo y no le perdona que por su culpa la enviaran de vacaciones forzosas. Fue una historia a tres bandas cuyos protagonistas han decidido cubrir con un tupido velo. Es posible que Mila no sea rencorosa, pero sí memoriosa.
De ahí que cuando la Esteban entró en GHVIP, se despachara a gusto. Incluso arremetió con su faceta de mamá: “Si Belén me quiere decir lo que es ser una madre, te puedo asegurar que ella no tiene ni puta idea de lo que es ser madre” y llegó a asegurar que con la de Paracuellos, “quiero aire y distancia durante mucho tiempo. No es lo que he visto, sino lo que he sentido”. Sorpresivamente, hizo las paces con ella en menos que canta un gallo. Así es Mila, ahora, blanco y después, negro. ¿Es de fiar alguien que cambia de opinión con tanta facilidad?
Incisiva como un bisturí, Mila no ha dudado en atacar a algunos de sus compañeros de Sálvame. A Lydia Lozano le dio donde más le dolía, haciendo que otro revelara un antiguo affair sentimental con un caballero que ambas compartieron.
En otras ocasiones, le ha recriminado sus lágrimas duramente tildándola de hacerse la víctima. Está claro que el término medio no es virtud para la Ximénez. Otra daminificada es Chelo García-Cortés ha quien ha dicho de todo y más. Ambas mantuvieron un sonado altercado a propósito de Isabel Pantoja. Mila acusó a Chelo de hacerse la preocupada por la tonadillera cuando la realidad era otra muy distinta. No está bien traicionar en directo.
El eje del mal era uno de los grandes atractivos de Sálvame. Sin embargo, Kiko Matamoros lo abandonó por las embestidas de Mila a Makoke. La sangre no llegó al río porque los lobos no se comen entre sí. Sin embargo, ya nada volvió a ser como antes.
Kiko no perdona muchas de las cosas pronunciadas por su compañera sobre la madre de su hija menor, Ana. Aunque el programa intentó recuperar a Matamoros para el lado oscuro, fracasó. El colaborador no está dispuesto a compartir, más allá de los estrictamente necesario, con la Ximénez. Quien también se ha llevado lo suyo ha sido Javier, hijo de Makoke. Atizar, lo que se dice atizar, atiza fuerte Mila.
Mila nos quiere vender que es amiguísima de Terelu Campos, que la aprecia mucho. Sin embargo, la realidad es otra muy distinta, o al menos es lo que se desprende de sus dichos contra la presentadora. El último altercado se produjo a raíz de la emisión del primer episodio, de la segunda temporada, de Las Campos.
La Ximénez terció sobre las dos personas de servicio que tiene la presentadora en su casa y censuró el gasto alegando a los problemas económicos que ha expresado la hija de María Teresa Campos. Al respecto, Terelu expresó: “Yo soporto cualquier comentario pero no la hijoputez”. Lógicamente, Mila, a quien le gusta dar pero que no se la devuelvan, expresó de forma sonora: “¿Me estás llamando hija de puta? ¿Me lo estás llamando?”. Como siempre, jugando con ventaja porque sabe que Terelu no puede revelar lo que la trastienda esconde.
La Ximénez no soporta ni a María Teresa Campos ni a Terelu. De ahí que las obsequiara con una carta abierta en su blog que era toda una declaración de intenciones. Así rezaba: “No me gusta que abanderéis la ética y la estética, porque habéis formado parte de una mesa camilla donde se hablaba de almas en alquiler y sin defensa. No me gusta que pongáis cara de salvadoras de la intimidad cuando habéis sido pioneras en hablar de vuestras vidas y las de los que os han acompañado en el camino. Tal vez esta carta no la entendáis y os distanciéis de mí, pero detesto el cinismo y el miedo. Y no tengo más salida que tirar cada día mis muletas de miedo al aire y dar un paso adelante cuando me ponen en la fila de los maquis continuamente perseguidos por las fuerzas del orden”.
¿No sería mejor que Mila explicara las verdaderas razones de su aversión hacia las Campos en vez de seguir tirando a dar?
.
