El día que Juan Carlos humilló a la reina Letizia

La reina Letizia
La reina Letizia

El día más humillante para la reina

La reina Letizia nunca se ha llevado muy bien con su suegro, el rey Juan Carlos I, eso lo sabemos todos. Sin embargo, hubo una ocasión en que la relación estuvo todavía más tensa. Un día en que la novia de Felipe VI tuvo que arrodillarse y pedir perdón, y que no olvidará en la vida.

Pilar Eyre, experta en las noticias de la Casa Real ha compartido con el pueblo una información delicada que revela que la reina Letizia vivió un momento humillante por culpa del rey Juan Carlos I, su suegro. Tuvo lugar en uno de los momentos más duros en la vida de la joven, cuando falleció su hermana Erika y la marcó para siempre.

Una relación conflictiva

La relación entre la Reina Letizia y el Rey Juan Carlos ha sido objeto de especulación y análisis a lo largo de los años. Desde que Letizia Ortiz se convirtió en la esposa del entonces Príncipe Felipe en 2004, ha habido rumores de tensiones y diferencias entre ella y su suegro, el Rey Juan Carlos I.

En los primeros años hubo una cierta fricción entre Letizia y el Rey Juan Carlos, quien venía de una tradición más conservadora y quizás no veía con buenos ojos algunas de las actitudes y decisiones más modernas de Letizia. Estas tensiones se habrían incrementado en parte por las diferencias de estilo y personalidad, y por el papel cada vez más visible y activo de Letizia dentro de la monarquía.

La reina Letizia no olvida

Cuando falleció Erika, la hermana de la reina Letizia, la esposa del futuro rey estaba destrozada. En el sepelio algunas personas del público aclamaban por una respuesta por parte del rey Juan Carlos a quien hacían responsable de su muerte. La reina Letizia se sintió obligada a pedir perdón y para hacerlo se arrodilló frente al monarca.

Fue un momento brutal. Las imágenes hablan por sí solas. El rey altivo y una joven reina Letizia embarazada, llorando la muerte de su hermana, y arrodillada frente a él. Desde entonces la relación ha ido a peor. Según Pilar Eyre fue un momento que marcó para siempre a la reina Letizia. «Fue un antes y un después, más que su propia boda. Él si tuvo la culpa», dice.