María del Monte, la reconocida cantante, regresa a la televisión como colaboradora del programa ‘Y ahora Sonsoles’. Una nueva etapa profesional que afronta con ilusión tras un complicado verano marcado por la entrada en prisión de su sobrino, Antonio Tejado.
Un nuevo reto profesional en un momento agridulce
«Me hace mucha ilusión estar en este equipo. Creo que me va a venir bien, que voy a aprender cosas nuevas y que voy a seguir teniendo ganas de verte», confesaba la artista sobre su incorporación al programa. Un regreso a la pequeña pantalla que coincide con un momento personal difícil para ella, tras el ingreso en prisión de su sobrino por un robo en su propia casa.
A pesar de las dificultades, María del Monte se muestra fuerte y positiva, afrontando esta nueva etapa con la energía que la caracteriza. La cantante ha demostrado en numerosas ocasiones su capacidad de superación y su entereza ante las adversidades, convirtiéndose en un ejemplo de resiliencia para muchos.
«Soy una persona sin dobleces»
«Soy una persona irónica a la que le gustan las bromas y, afortunadamente, empiezo a gastarlas de nuevo», explicaba la artista, haciendo referencia a los comentarios que ha lanzado desde el escenario durante sus conciertos de este verano. Unas palabras que algunos interpretaron como indirectas hacia su sobrino, pero que ella defiende como parte de su personalidad.
«Soy una persona sin dobleces y sin mensajes ocultos y eso es así», añadía con rotundidad. «Soy una persona que sé valorar lo que tengo y a pesar de que me hayan quitado cosas, tengo la más importante que es salud, y abrir los ojos cada mañana y seguir formando parte de esto que llaman vida«.
La cantante ha querido dejar claro que la autenticidad es fundamental para ella, y que no tiene miedo a mostrarse tal y como es, sin artificios. Un valor que transmite a través de su música y que ha calado en el público, convirtiéndola en una de las artistas más queridas del panorama nacional.
El amor, el motor de su vida
A pesar del duro golpe que ha supuesto la situación familiar que atraviesa, María del Monte se considera una persona afortunada. «Yo siempre he sido una persona afortunada. Para mí el amor es lo más importante del mundo», afirmaba. Un amor que encuentra en su pareja, Inmaculada Casal, en sus amigos y en el público que la sigue desde hace tantos años.
«Tengo a amigos y a Inma a mi lado y todo eso ayuda y mucho», reconocía la cantante. «Lo que hay que conseguir en la vida es decir qué bonita es la vida, y qué coraje me da morirme». Una frase que resume a la perfección su filosofía de vida: afrontar los obstáculos con valentía, sin perder la sonrisa y disfrutando al máximo de cada momento.